AL VUELO/ Por Pegaso

Opinión

Goebbels

Yo voté por ALMO y por eso tengo la capacidad moral de decir lo que voy a decir.

ALMO es un maestro de la manipulación, al estilo de Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda del Tercer Reich, de la Alemania Nazi entre 1933 y 1945.

Definitivamente, en el Gobierno de la 4T o Cuarta Transformación se están aplicando algunos o todos los principios de manipulación de masas del 3R o Tercer Reich.

Han pasado a la historia los Once Principios de la Propaganda de Goebbels, los cuales pueden consultarse en Internet o en los libros de historia, y son los siguientes:

-Principio de simplificación y del enemigo único. Individualizar al adversario en un único enemigo (por ejemplo, los neoliberales).

-Principio del método de contagio. Reunir a diversos adversarios en una sola categoría o individuo (por ejemplo, los fifís).

-Principio de Transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no se pueden negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan (por ejemplo, decir que no se ha podido lograr nada por los corruptos del pasado).

-Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave (por ejemplo, todos contra uno solo).

-Principio de vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adoptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar (por ejemplo, la quema de ductos, las frases y ocurrencias como: “¡Al diablo con las instituciones!”).

-Principio de orquestación: La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentándolas una y otra vez desde diferentes perspectivas (por ejemplo, el combate a la corrupción, pero sin castigar a los corruptos).

-Principio de Renovación: Emisión contante de información y nuevos argumentos, de tal forma que cuando el adversario responda, el público ya esté enterado de otra cosa nueva que lo afecte (por ejemplo, todos los datos que se aportan en la conferencia mañanera y las respuestas que se dan a los ataques de la oposición).

-Principio de verosimilitud: Construcción de argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias (por ejemplo, la frase: “Yo tengo otros datos”).

-Principio de la Silenciación:  Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines (por ejemplo, la masacre de Sinaloa y la liberación de El Chapito).

-Principio de la Transfusión: Difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas (por ejemplo, dejarse poner guirnaldas en el cuello, ir con los chamanes, etc.)

-Principio de la Unanimidad: Llegar a convencer a mucha gente de que piensa “como todo el mundo”, creando una falsa impresión de unanimidad (por ejemplo, cuando se dice que con el pueblo todo, sin el pueblo nada).

Más que principios de una doctrina socialista, parecen ideas surgidas de la ideología nacional socialista (nazi) de Hitler, y ya vieron cómo acabó el cuento.

No quiero decir que la creación de un cuerpo policial como la Guardia Nacional vaya a ser una especie de policía militar como las SS (Schutzstaffel, escuadras de protección) del Führer (líder, guía o conductor), pero tiene la pinta de que puede llegar a serlo. Empezando por las letras GN dibujadas en su hombro izquierdo.

Sólo quiero hacer notar la extraña similitud de las teorías de Goebbels con las formas de manipulación que se utilizan en el actual régimen político de nuestro país.

Va el refrán estilo Pegaso: “Mayormente prístino, ni aún el líquido incoloro, insípido e inodoro cuya fórmula química es H2O”. (Más claro, ni el agua).

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