AKÉ LOBA, EL DELANTERO QUE SUFRIÓ LA GUERRA CIVIL DE COSTA DE MARFIL Y QUE LO OBLIGÓ A HUIR DE CASA

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EL SINODAL DE TAMAULIPAS

Ciudad de México.- Aké Loba disfruta de su momento en la cancha como jugador del Mazatlán FC, sus festejos únicos como una «Pantera” lo caracterizan, pero para llegar a ser futbolista profesional y un hombre de bien, el nacido en Costa de Marfil tuvo que forjar su carácter desde niño en medio de una Guerra Civil que atravesaba su país.

El actual atacante de los Cañoneros vivió durante su niñez lo crudo de la guerra civil de Costa de Marfil, un golpe bélico que se dio mientras él tenía entre cuatro y nueve años de edad (2002-2007), periodo suficiente para tener presentes los estragos de un conflicto armado y que hoy revive en charla con mediotiempo.

“Sí, fue un momento doloroso que pegó en casi todo el país. A nadie le gusta la guerra, hay familias que perdieron a sus seres queridos. Fue difícil y es algo que no quiero que vuelva a pasar, para nadie. Sí, pegó duro allá y es complicado hablar de eso”.

La guerra de Costa de Marfil arrancó el 19 de septiembre de 2002, fecha que no olvida el goleador del Mazatán, ya que el conflicto obligó a que Aké Loba y su familia huyeran de su natal Divo, en la región de Lôh-Djiboua, para poder sobrevivir, ya que la disputa cobraba vidas de civiles.

“Tengo recuerdos y me acuerdo de todo. Tenía que salir de mi pueblo e ir hasta otro para estar seguro, pero tampoco había la seguridad. Teníamos que pasar por esos momentos, porque las cosas estaban bien complicadas. Hay gente y familias que murieron”.

Esta primera guerra civil de Costa de Marfil dividió al país: por el lado norte estaban las “Nuevas Fuerzas”, lideradas por Guillaume Soro, mientras que la zona sur era del presidente, Laurent Gbagbo. Se derramó mucha sangre, hubo miles de muertos y todos los recuerdos se han hecho presentes en la cabeza de Aké Loba al ver ahora las imágenes del conflicto entre Israel y el grupo Hamas.

“Sí, me llegan esos recuerdos muy malos. A nadie le gusta la guerra y es algo que se tiene que detener, pase lo que pase, se tiene que detener. Pero ¿Cómo lo vamos a detener? ¿Quiénes son los que lo tienen que detener? No sé, pero es algo que no ayuda a la gente y te quitan a tus seres queridos, amigos, familia. Yo lo viví, lo sentí, lo vi… No es algo bueno que pueda sugerir a alguien que viva o que sienta. Que paren de hacer esas cosas de la guerra. Antes sí (tenía pesadillas), pero ahorita ya no”.

Didier Drogba, el ídolo que frenó la guerra

Aquellos momentos tan álgidos que pasó Aké Loba, fueron detenidos por un histórico de su país: Didier Drogba. El exdelantero del Chelsea logró frenar la guerra de Costa de Marfil gracias al futbol, ya que consiguió un histórico pase al Mundial de Alemania 2006 por parte del selectivo marfileño. Ello valió para que los bandos en disputa bajaran las armas y reinara la paz.

“Él (Drogba) es un ídolo, una leyenda en Costa de Marfil. El fin de la guerra también fue parte de él, porque él salió de su casa, de su confort, llamó la atención de cada gobernador y de los que estaban en la política del país para decirles que somos una familia, que no había que matarnos entre nosotros, porque es verdad, hay una guerra, pero ¿Qué pasa mañana si la guerra se termina? Los mismos nos vamos a ver, vamos a comer y nos vamos a hablar».

«Hay que dejar la guerra y cerrar los escudos y avanzar como familia. Desde ahí empezó la reconciliación allá en el país. Y en lo futbolístico, (Drogba) es un ícono allá, nos llevó al primer Mundial de Costa de Marfil y nos dio muchas alegrías. En lo personal lo veo como un ídolo, él y Samuel Eto’o son muy grandes en África en estos momentos”.

Mientras se daba la Guerra Civil, Aké Loba no perdía la ilusión y el sueño de ser futbolista profesional, por eso, él se escuda en el deporte para borrar todo lo que vio de pequeño.

“Sí, me ayudó mucho el futbol, hizo que estuviera enfocado. Tengo amigos con los que jugué, pero hoy se dedican a otra cosa. En el futbol hay que estar concentrado, enfocado y hay que trabajar. Es lo que tenía en mi cabeza desde niño y respeté lo que tenía que hacer, siempre iba a los entrenamientos y hasta ahorita es lo mismo, cuando termino de entrenar voy a casa para comer y descansar. Desde niño ya lo tenía, entonces puedo decir que sí me ayudó mucho el futbol, si no fuera por eso ya estaría haciendo otra cosa».

Aké Loba no olvida sus raíces

El delantero del Mazatlán está tan agradecido con la vida y el futbol, que aprovecha sus visitas a Costa de Marfil para ayudar a sus amigos y compatriotas con comida, ropa y zapatos de futbol, aunado a que tiene charlas con ellos para contarles sus vivencias.

“Sí, cuando voy (a Costa de Marfil) en vacaciones, intento llevar cosas a algunos amigos, hay gente que no pueden comprar ciertas cosas y se les mandó para que empiecen a jugar. Hay niños que también quieren ser futbolista y que no llegan a comprar tachones, así que cuando tengo algunos pares, se les mando para que entrenen con eso”.