Al Vuelo/ Por Pegaso

Opinión

Reelección

El Plan A del viejito siempre ha sido pasar a la historia como un prohombre.

La reelección como Presidente de la República, aunque muchos lo nieguen, siempre ha rondado por su cabecita de algodón, pero como la Constitución lo prohíbe, se ha visto acotado. Por eso el Plan B es poner en su lugar a alguien que garantice la continuidad de su proyecto de nación.

Ayer mismo estábamos discutiendo un grupo de periodistas sobre quién gobernaría en realidad, en caso de que la doctora Claudia Sheinbaum Pardo gane las elecciones del 2024.

Uno decía que detrás de ella siempre estará la figura fuerte del Pejidente, y que si Claudia no hace lo que ALMO quiere y se le empieza a rebelar, éste tiene una orda de seguidores capaces de voltear de cabeza al país.

Una segunda opinión afirmaba que, como en épocas pasadas, la Presidenta podría enviar al exilio a su antecesor para que no le estorbe.

Yo opiné que, al terminar su mandato, El Rorro de Macuspana se irá a La Chingada (perdón, pero así se llama su ranchito en Tabasco), donde estará algunos meses descansando.

Pero no se aguantará mucho tiempo antes de querer intervenir en temas políticos del país, ora sea con consejos, ora con órdenes directas o bien, mediante terceros. Pero de que seguirá presente en la vida política nacional, es seguro. Se convertirá en Caudillo de la Cuarta Transtornación.

Pero aún con todo, la seductora idea de la reelección está presente en AMLO y el resto de sus colaboradores.

Si no, hay que ver lo que dijo el Senador de MORENA, César Cravioto: Ayer, durante el Día de los Inocentes, lo traicionó el subconsciente y bromeó diciendo que había subido una iniciativa para la Reelección Vitalicia del Pejidente, la cual fue apoyada incluso por la oposición.

Pienso que ya es muy tarde, aunque no imposible, para presentar una iniciativa real en ese sentido, porque el proceso electoral ya está muy avanzado.

Pero hasta hace algunos meses se seguía manejando la posibilidad de hacer una consulta nacional para poner en la mesa el tema de la reelección.

De haberse hecho, no dudo ni tantito que hubiera tenido un apabullante resultado a favor de modificar la Constitución y permitirle por lo menos un sexenio más al frente de la Presidencia de la República.

No sé por qué no se hizo. Quiero pensar que se prefirió el camino de la democracia y no el de la imposición.

Pero, ¿qué pasaría si la candidata oficial de pronto cayera de las preferencias electorales y la oposición se alzara con el triunfo?

Es extremadamente difícil que eso ocurra, dadas las circunstancias actuales, pero en política nada es imposible.

¿Qué pasaría entonces?

Bueno, pues viene el Plan C, que ya está asegurado: El fraude electoral.

Porque para eso es que el Poder Ejecutivo ha estado operando durante todos estos cinco años: Para tener el control absoluto de las instituciones electorales y judiciales.

“¡Ja, ja, jaaaa! Se la creyeron, ¿verdad?”,-así coronó Cravioto su gracejada de Día de los Inocentes, provocando una ola de indignación nacional, porque con eso no se hacen bromas.

Los dejo con el refrán estilo Pegaso: “¡El individuo de tez oscura es jocoso y tú proporcionándole instrumentos de percusión!” (¡El negro es alegre y tú, dándole maracas!)