Al Vuelo/ Por Pegaso

Opinión

Agua

La cosa es seria: Se nos acaba el agua.

El estrés hídrico que se padece en la mayor parte del centro y norte del país podría hacer crisis allá por el mes de junio, después de las elecciones.

Según la CONAGUA, ya hay un plazo fatal, donde ya no tendremos agua para el suministro normal de las necesidades de la población y entonces, deberá racionarse la cantidad de líquido por persona.

No soy un especialista, pero existen varias alternativas que pueden adoptarse y adaptarse para producir agua potable en cantidades suficientes.

Son tres las más viables y una de pilón.

Primero hablaré de las alternativas viables:

1.- Aprovechando los días nublados, bombardear las nubes con compuestos de plata para que caigan copiosas lluvias en determinadas áreas. Aunque a decir verdad, la dispersión de yoduro de plata no garantiza que vaya a caer un chubasco. Los especialistas consideran que solo se incrementa entre un 10 y un 20% la cantidad de agua que puede generarse con este método.

La forma en que ocurre este “milagro” es que las moléculas de vapor de agua se condensan en derredor de las de AgI (Yoduro de Plata) y entonces, ocurre la precipitación. Por consiguiente, además de caro, es poco práctico, Se necesitaría monitorear de manera constante los bancos de nube y aplicar el compuesto en cantidades suficientes en el momento justo.

2.- Desalinización de agua de mar. Otro sistema de producción de agua potable muy caro. Si así nos venden la botellita de 350 mililitros en diez pesos, cuando esa misma cantidad de agua cruda es de apenas unos décimos de centavo y potabilizada, menos de un peso.

Invertir en la costosa maquinaria redundaría en un sobreprecio del producto final.

Actualmente dos tercios de la superficie del planeta es agua, pero solo el 2.5% es dulce, y únicamente el 0.3% es apta para consumo humano.

La mala anoticia es que ese 0.3% se está reduciendo y dentro de poco las guerras ya no serán por el petróleo, sino por el agua.

La desalinización de agua de mar se realiza mediante un sistema de ósmosis inversa. No es el sistema más generalizado, pero es la opción más cercana.

3.- Construir enormes ductos para traer agua del sur al norte del país. Otro método muy costoso. Recientemente el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador comentó esa posibilidad, sin embargo, el proyecto, si iniciara en este momento, estaría listo a un plazo de entre 5 y 10 años. (Se asoma un lector despistado para preguntar: “¿Y cómo le van a hacer para traer tanta agua de allá, abajo hacia acá, arriba?”

4.- Alternativa: Ir a bailar a Chalma. Ponerse nopales en las rodillas y recorrer decenas de kilómetros para pedir lluvia. Otra opción sería llamar a los indios chamulas para que bailen la danza de la lluvia y con ello podamos tener abundantes precipitaciones.

Sugiero a los sacerdotes de las distintas congregaciones de todo el mundo, que invoquen a sus santos patronos de la lluvia y les pidan que no sean gachos, que suelten de perdido un huracancito en las zonas donde hay escasez y que con eso se puedan llenar las presas.

Quizá el propio Tláloc, San Isidro Labrador, Eolo, Dzahui, Indra, Kuychi, Liblac, Lono, Marut, Paryania, Perkünas, Tohil y Tunupa se conduelan de los pobres mortales que están sufriendo a causa de la falta de líquido.

Como dije, es cosa seria.

Mejor nos vamos con el refrán estilo Pegaso: “¡Que ocuran precipitaciones pluviales, que ocurran precipitaciones pluviales, la mujer impoluta de la gruta!” (¡Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva!)