AL VUELO
Por Pegaso
¡A ver! ¡A ver! ¿De dónde han sacado los cantantes como Peso Pluma, Natanael Cano, Junior H, Luis R Conriquez y Adriel Favela que se quieren prohibir los corridos?
Creo que han entendido mal.
No se busca prohibir los corridos en México: Se busca prohibir los narcocorridos.
Como todos sabemos, luego de que en algunos Estados de la República se aplicaran multas a los cantantes que hacen apología del delito, las mentes brillantes que están detrás de esa industria empezaron a producir letras de protesta.
Creo que es Natanael Cano el que canta así: “Prohíben los CORRIDOS, dicen que hacen daño, pero el pueblo sigue pobre y el crimen en el barrio. No es culpa del que canta, es culpa del gobierno que negocia con el diablo y se lava en el infierno”.
Confunden corridos con narcocorridos.
A ver, don Nata, te quiero proponer un experimento. Modifica un poquito esa letra y canta en público lo siguiente: “Prohíben los NARCOCORRIDOS, dicen que hacen daño, pero el pueblo sigue pobre y el crimen en el barrio. No es culpa del que canta, es culpa del gobierno que negocia con el diablo y se lava en el infierno”. ¿Verdad que cambia el sentido semàntico de la estrofa?
Fíjate: Un corrido es una historia cantada de algún personaje que tiene cierto mérito.
Dentro de las muchas historias que se cantaban en tiempos pasados hubo quien admiraba a algún bandido generoso, como Chucho el Roto o Pancho Villa. Eran los corridos que se cantaban en la época pos revolucionaria, allá en los años veinte y treinta del siglo pasado.
Tiempo después, en los 60 y setentas, los Cadetes de Linares cantaban a los pistoleros famosos, como Dimas De León, Generoso Garza Cano, los Hermanos del Fierro y Chito Cano; Los Tigres del Norte continuaron con la tendencia de alabar a los cuatreros y contrabandistas con Camelia la Tejana, luego vino Lalo Mora con El Viejo Paulino (el viejo era cabrón), metiendo alguna que otra majadería en la letra, lo cual gustó mucho al respetable público.
Y Los Tigres del Norte prosiguieron con Jefe de Jefes y ahí empezó todo el desmadre.
Puedo decir que hasta antes del Viejo Paulino, podían considerarse los corridos como una manifestación de cultura popular, de libertad de expresión. Pero más adelante esa libertad se convirtió en libertinaje cuando los compositores empezaron a recibir gruesos fajos de billetes de los mafiosos para que les compusieran canciones que los alabaran, y a los cantantes, como los ya mencionados, les ayudaban a proyectarse internacionalmente.
Fue así como se rompió la delgada línea de lo que es una historia y lo que es apología de delito.
Entonces, lo que algunos gobiernos y legisladores plantean es que se prohíban los narcocorridos, no los corridos.
Los corridos deben seguir existiendo, siempre y cuando respeten esa sutil línea.
Pero como ya hemos visto, a la raza le vale madre y pide narcocorridos. Hasta han destrozado palenques porque sus artistas favoritos no interpretan ese tipo de música.
Hablando futbolísticamente, el pueblo es como un portero al que le gusta que le metan goles, y después se lamenta porque su equipo perdió por goliza.
En lo que a los cantantes de corridos tumbados y belicones se trata, técnicamente lo que interpretan no son corridos, porque estos generalmente tienen otra estructura y usan instrumentos como el acordeón, la guitarra y el contrabajo.
Pero bueno, se les cataloga de similar manera porque lo que hacen es alabar y ensalzar a conocidas figuras del crimen organizado, como si fueran un ejemplo a seguir.
Todos ellos se parecen, cantan igual, visten igual y no salen de los mismos temas: Elogian a los facinerosos, enaltecen la violencia y normalizan la misoginia. ¡Ahhh! Y no se sacan la palabra verga de la boca.
Venga pues, el refrán estilo Pegaso: ”Quien con cánidos se desenvuelve, a emitir sonidos guturales se instruye”. (El que con lobos anda, a aullar se enseña).