Por Oscar Díaz Salazar
A pesar de que mi familia fue excluida del censo, – previo y condición para la entrega de enseres domésticos y ocho mil pesos-, creo oportuno reconocer y agradecer la decisión, el esfuerzo y la inversión que realiza el gobierno federal para atemperar los perjuicios que tuvieron miles de hogares de Reynosa y Río Bravo, por las inundaciones del 27 de marzo del año en curso (2025).
Por primera vez en muchos años, veo con gusto y sin temor a los militares, que con la diligencia y seriedad que los caracteriza, recorren la ciudad para entregar un paquete de colchón, estufa, refrigerador, abanico y otros enseres, en (casi) todas las viviendas anegadas.
Los “servidores de la nación” guían y validaban la entrega ordenada y apegada a un padrón elaborado en los días posteriores al fenómeno meteorológico que perjudicó a miles de personas.
He atestiguado y sufrido una media docena de episodios similares en las últimas dos décadas y es la primera ocasión que veo que mis vecinos y miles de reynosenses, reciben el apoyo en la magnitud y generalidad como la dispuso la presidenta Claudia Scheinbaum.
Y si en varias ocasiones me he quejado por el abandono en que nos tienen los gobiernos (en plural) y he planteado la necesidad de atacar las causas del problema, para no tener que remediar sus consecuencias en repetidas ocasiones, hoy quiero expresar mi gratitud a la presidenta Claudia Sheinbaum por el acompañamiento, por su presencia en los días posteriores y por el envío de dinero y objetos indispensables para la vida cotidiana, que mucho ayudan a los que perdimos todo o casi todo (lo material y tangible).
Termino diciéndole a la presidenta Claudia Sheinbaum: “Muchas Gracias”.
Ya mañana le seguiremos con las críticas y los reclamos pertinentes, necesarios y (al menos eso creo) muy justos.