EMPRESAS ESPECULAN CON OXÍGENO Y ELEVAN ÍNDICE DE DEFUNCIONES

Portada Reynosa
  • CEGADOS Y ENMUDECIDOS, JEFES DE COEPRIS Y PROFECO

Por Lino Moran/EL SINODAL DE TAMAULIPAS

Reynosa, Tam.- Nuevamente este miércoles 22 de julio de 2020, fue un día negro para los reynosenses, al dispararse el número de fallecimientos ocasionados tanto en hospitales públicos, como privados, así como en hogares donde los familiares de los enfermos los mantienen ante la negativa de las instituciones de recibirlos “porque están colapsadas”.

Diversas empresas dedicadas al suministro de oxigeno medicinal que en estos momentos es vital no se conformaron solo con anunciar que había desabasto por que se les disparo la demanda, sino que hubo otros que inclusive cerraron sus puertas como “AOC Suministro de gases para la Productividad de tu Negocios”, donde muy tranquilamente dijeron a sus clientes desde el martes, que el camión de despacho que llegaría procedente de Monterrey, había sufrido un desperfecto y que se habían quedado tirados en la carretera.

Particulares se encargaron de aclarar que en la empresa AOC, se había roto una de las tomas principales que impedía el llenado al mayoreo para hospitales, así como al menudeo para personas que acuden de manera individual y urgente a cambiar el suministro para sus pacientes.

La desesperación detonó cuando irresponsables dependientes de INFRA, otra de las empresas dedicadas a la venta de oxigeno cerraron sus puertas como siempre a la 1 de la tarde a pesar de que decenas de personas se mantenían en dramática espera para surtir.

Allí se siguió con la nefasta costumbre de recibir los tanques, marcarlos y pedirles a los clientes que volvieran mañana a las 8 de la mañana, sin importarles que en los hospitales COVID 19; en los hospitales y clínicas comunes y en los hogares, fallecieran muchas personas, la mayoría de la tercera edad que esperaban el llenado de sus  tanques chicos, medianos y grandes.

La especulación volvió a hacerse presente pues hubo personas que brincaron la fila y salieron con sus tanques recargados, mientras que los responsables de la COEPRIS se volvieron ojo de hormiga.

Tampoco el personal de la Procuraduría Federal del Consumidor ha acudido a percatarse de las quejas en el sentido de que los despachadores de las empresas que suministran el oxígeno, venden al precio que se les pega la gana, o simplemente hacen que las personas que acuden a surtir sus tanques se desesperen y les ofrezcan “propinas” para que les vendan el producto pasando por alto a quienes llevan horas de espera.

Ninguno de los negocios tienen los precios a la vista del público que es tarea de PROFECO verificar y el jefe local Oscar Torre Gómez, afirma muy orondo que no ha recibido quejas al respecto y que esto legalmente le impide actuar.

El funcionario que no funciona, ignora que las personas no pueden ir a abrir un proceso de denuncia muy burocrático y tardado, porque están más ocupados en estar cerca de sus enfermos lo que permite que los industriales inmorales hagan de las suyas, vendiendo a como les viene en gana de acuerdo a la oferta y la demanda que “bendito sea” el Coronavirus a ellos les ha resultado el negocio del siglo.

Tampoco la Secretaría de Economía se ha presentado a realizar al menos una verificación que les permita enterarse si los tanques en venta van lo honestamente llenos o constituye esta otra de sus muchas raterías que sin perdón de Dios, realizan en medio de la dolorosa pandemia.

Trascendió que en un hogar de la colonia Luis Donaldo Colosio, empleados desleales de una de las empresas dedicadas a la venta de oxigeno destinado a los enfermos, estuvieron vendiendo su producto bajo un árbol, en el traspatio de una casa y lejos de la llorosa mirada de las familias que solo esperaban su oxígeno al precio que fuera y la cantidad que fuese necesaria para salvar la vida de sus seres queridos.

Esas son entre otras de las muchas angustias que viven los reynosenses detrás de la grave crisis de salud, que seguramente en breve generará terribles cargos de conciencia contra los que están matando a los ciudadanos al amparo de negocios que les han permitido enriquecerse como uno de los sectores privilegiados de la población.