Mis datos/ Por José Ángel Solorio Martínez

Opinión

La derrota de MORENA

¿Qué hizo caer hasta el sótano de las preferencias al prometedor candidato al CEN de MORENA, Alejandro Rojas?

¿Cómo explicar la caída a plomo de consensos del actor que fue protagonista esencial de la pugna por la dirigencia nacional de ese partido?

A saber –más lo que se acumule el día de hoy–:

1.- Su errática narrativa para posicionarse como el candidato más potente. Acusó al CEN de su partido, de estalinista, de conspirador, de traidor a la IV T, de falsarios, y de actuar con deseos de operar como tiranos a la viaja usanza de los viejos dirigentes comunistas que gobernaron algunos países del mundo. Luego en una pirueta, elogió a Bertha Luján por sus “aportes a la democracia”. Festinó la decisión del TRIFE y del INE cuando sentenciaron que MORENA debería conculcar sus propios principios y los constitucionales para elegir al Presidente mediante una encuesta, y ahora chilla porque dice que no hay suelo parejo.

Su desbordada actividad, le hizo trompicar reiteradamente. Su emoción le ganó: se dijo precandidato a la gubernatura de Tamaulipas. Ni siquiera residente es del estado. Es decir: no cumple con los requisitos de elegibilidad que mandata la Ley que dice respetar.

2.- Su desenmascaramiento, ante la propuesta de cambiar el nombre al estado de Tabasco, por Tabasco de López Obrador. No es una broma. Fue totalmente cierto. Esa idea, le mandó una lluvia de críticas y mofas ante la desproporcionada genuflexia no vista desde aquellos tiempos en los que dominó el PRIAN.

¿Así o más priista?..

(Si hay algo que abominen los morenistas es al PRIAN y sus conductas).

3.- La incorporación a la justa por el CEN, de dos actores atractivos: Porfirio Muñoz Ledo y Gibrán Ramírez. Esta dupla, dejó ver la real dimensión de la estatura y el peso políticos de Rojas Durán. Con su sola aparición, se movieron sorprendentemente las encuestas. Se acabó, la artificiosa polarización que Mario Delgado y Alejandro, habían pactado desde el inicio de la confrontación con la corriente de Bertha Luján. ¡Hasta Yeidckol lo supera!

No todo es malo para Rojas.

Se lleva el honor, de haber “abierto” la elección de la dirigencia de MORENA.

(Claro que todo ello, con la sospechosa ayuda –es la opinión de Muñoz Ledo– del TRIFE y el INE. Y –se sabe– del apoyo del senador Ricardo Monreal y el legislador neoliberal Mario Delgado).

Todavía puede ganar, si el triunfo es para Delgado.

La derrota, no será para Porfirio ni para Gibrán; será para MORENA.