AL VUELO/ Por Pegaso

Opinión

Toro

La noticia del fin de semana fue que el Consejo General del INE le dio cuello al buey de Salgado Masdemonio. ¿O era El Toro? 

Masdemonio fue acusado por varias féminas de abuso sexual y misoginia, pero lo que causó que el INE le aplicara la quebradora, la hurracarrana y la doble Nelson invertida fue que no hizo el reporte de sus gastos de precampaña. 

El desplante de altanería y de soberbia, al pasarse por el arco del triunfo las disposiciones del INE le costó la candidatura y posiblemente hasta la gubernatura de Guerrero. 

Y si hablamos de la gubernatura, estamos hablando de miles y miles de millones de pesos que pudo haberse embuchacado a sus bolsillos esta bendición, esta ternurita que ya saboreaba las mieles del poder, gracias a su compadre el Pejidente ALMO. 

Masdemonio forma parte de una horda de políticos venidos de menos a más, igual de arrastrados y buenos para nada, como Norroña, como el Perro Pantorrillero y como Rucardo Montreal, que son los que mueven el pandero de la política nacional, con el consentimiento del Peje del Ejecutivo. 

Decía que le dieron cuello al Toro Salgado Masdemonio, quien ya se creía gobernador de Guerrero. 

Y ahora, ya en el precipicio, ni su compadre lo va a poder ayudar a recuperar lo perdido. 

Para quien no sepa quién es Salgado Masdemonio, conocido también en el bajo mundo de la política como “El Toro”, he aquí una pequeñísima semblanza: Según Raymundo Riva Payaso, columnista del periódico El Fiduciario, el tipo acumula cinco denuncias de otras tantas mujeres que lo acusaron de abuso sexual y violación. 

Eso, sin embargo, no fue suficiente para que se le cayera la candidatura, porque el INE tuvo miedo de utilizar ese recurso; pero usó otro más complejo y jurídicamente debatible, que fue acusarlo de no haber presentado el informe de sus gastos de campaña.  

Salgado Masdemonio “es un producto terminado de un sistema político deleznable y hediondo, que no ha sido erradicado y que está alcanzando niveles no vistos antes, impregnados de cinismo y burla a la sociedad”,-dice Riva Payaso. 

Y concuerda conmigo en un aspecto: Que a pesar de que el Gobierno de la Cuarta Transtornación dice que no son iguales que los otros, -refiriéndose al PRI y al PAN- porque no son corruptos y siguen los principios de no mentir, no robar y no traicionar, lo cierto es que todo eso es una gran simulación. 

Y la simulación implica lo contrario de lo que se dice. 

Es un concepto endiabladamente retorcido que solo ellos y unos cuantos analistas, exégetas, criptógrafos y hermenéuticos como su servilleta, Pegasiux de Petatiux, entendemos. 

Para el común de la gente amolada, que sufre todos los días el aumento en los precios de los servicios y de los productos de primera necesidad, todo eso no son más que palabras vacías. Lo que ellos necesitan es tener con qué llenar la panza y poder pagar la luz y el agua. 

Lo de Salgado Masdemonio fue una prueba más de simulación y solo el que no lo quiere ver defiende lo indefendible. 

Qué bueno que le tumbaron la gubernatura, pese a que ahora amenaza con provocar un clima de inestabilidad en el de por sí convulsionado Estado de Guerrero. 

Quédense con el refrán estilo Pegaso: “Extraeremos al añoso cuadrúpedo de la hondonada”. (Sacaremos ese buey de la barranca).