AL VUELO/ Por Pegaso

Opinión

Crueldad

Y ahora viene una colección de chistes crueles: 

-Niño, sal del auto y ve si funcionan las luces intermitentes. 

-Ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no, ahora sí… 

¿Qué le dice una foca gringa a su mamá? 

-I love you, mother foca. 

-¿A dónde vas, Antonio? 

-Voy por estiércol para las fresas. 

-Pero, ¿por qué no te las comes con crema, como todo el mundo? 

-Doctor, tengo todo el cuerpo cubierto de pelo, ¿qué padezco? 

-Padece usted un osito. 

Va un fornido sujeto con cara de matón a la cantina y pregunta: ¿Quién es Juan? 

Se levanta un tipo flaco y esmirriado y le dice: Yo soy Juan, ¿qué se le ofrece? 

Sin decir nada, el matón lo saca en vilo hasta la calle y le pone una putiza (Nota de la Redacción: Nuestro colaborador seguramente quiso decir “patiza”).  

Se levanta el enclenque tambaleándose, con los ojos morados y dos costillas rotas. Vuelve a entrar a la cantina y les dice a todos los presentes: “Pero qué tipo tan tonto, ¿se han dado cuenta? ¡De verdad creyó que yo soy Juan!” 

Le dice un cuate a otro: “El otro día tu mujer me contó un chiste tan bueno, pero tan bueno, que de la risa hasta me caí de la cama”. 

Le dice un africano a su mamá: “¡Mamá, mamá!¿América está muy lejos?” 

Le responde su amorosa progenitora: “¡Cállate y sigue nadando, que todavía nos falta mucho para llegar!” 

Un niñito caníbal a su mamá: 

-Mami, creo que el abuelo está malo. 

-Pues apártalo y cómete solo las papas. 

-Mamá, en la escuela me dicen que soy muy despistado. 

-Pues sí debe ser cierto, porque esta no es tu casa y yo no soy tu mamá. 

10 

-Juancho, ¿qué haces hablándole a tus tenis? 

-Es que aquí dice “Converse”. 

11 

-No sé qué me pasa últimamente, doctor. De repente me entran los nervios y me pongo a insultar a todo el mundo. 

-A ver, cuéntemelo todo. 

-¿Y qué cree que estoy haciendo, pedazo de imbécil? 

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-¡Mesero! Este filete tiene muchos nervios. 

-Perdone, señor, pero eso es normal. Es la primera vez que se lo van a comer. 

13 

-Doctor, tengo en el teléfono a mi esposa. ¿Cuál fue la palabra que me dijo? ¿Capricornio, acuario…? 

-Cáncer, señor, cáncer. 

14 

-¡Mami, mami!¿Dónde están las galletas? 

-Están encima del refrigerador. 

-Pero, mamá. Ya sabes que no tengo bracitos. 

-¡Ah, no! ¡Sin brazos no hay galletas! 

15 

Un arriero va con su mula por el campo acompañado por su perro. Al llegar a una loma, la acémila no puede más con su pesada carga y cae de rodillas al suelo. 

Desesperado por llegar a tiempo, el hombre le da de azotes con su látigo y entonces, la mula voltea a verlo y le dice: “Amo, ¿así me tratas después de todos estos años en los que te he ayudado fielmente, sin flaquear ni un solo instante y ahora que estoy vieja y cansada me das de golpes?”. 

Asustado, el hombre sale corriendo, seguido de su fiel can. Cuando ya están a más de un kilómetro, se van a la sombra de un árbol para agarrar aliento. 

-¡Carajo!-dice el perro. ¡Qué pinche susto nos ha dado esa mula cuando se puso a hablar!