BANCOS, HOSPITALES Y FUNERARIAS HUNDEN ECONOMÍA FAMILIAR

Portada Reynosa

Por Gil Vicente Galindo/EL SINODAL DE TAMAULIPAS 

Reynosa, Tam.- La pandemia del siglo XXI, COVID-19 ha matado a miles y miles de personas de todas las edades y para rematar las instituciones bancarias, funerarias y hospitales privados de la ciudad, aniquilan moral y económicamente a otras tantas y no hay legislatura local y federal que hagan algo al respecto. 

La familia desesperada por tratar de salvar a su hijo, padre, madre, hermano internan al paciente contagiado de COVID-19 u otra enfermedad y se muere por complicaciones, negligencia médica, falta de medicamento adecuado y no hay ley que diga que no deben de cobrar igual como si hubiera sanado. 

Asociaciones de Derechos Humanos se la pasan enviando recomendaciones a hospitales para que tomen en cuenta que lo que cobran por un “Mejoralito” que vale un peso, lo etiquetan a 300 pesos, una bata, guantes, cubrebocas que usa el personal, se los cobran a los pacientes. 

El hospital te cobra cada rubro, cada trapo que usan, según cada medicamento y sin saber si los usan o no, no muestran evidencias de ello, solo la factura y es ahí donde entran los usureros de los bancos, te prestan de tu dinero o propiedades a muy alto costo los intereses y muy bajo el avalúo de casas, joyas  o coches. 

Al momento nadie les dice nada, como que es hora de que el Congreso de la Unión deje de pensar en colores partidistas y bajen al pueblo a ver qué se necesita y entre miles de cosas, aquí está este penoso caso de hospitales y bancos que rematan a miles de familias moral y económicamente. 

Cabe mencionar que también los servicios funerarios son sobrados.                                                              

Aun cuando el gobierno del estado o federal dicen que ellos cargan con la cremación de los muertos por COVID 19, ello es cierto, pero no aclaran que solo si el occiso murió en el IMSS o en un hospital COVID del gobierno estatal como el Hospital General, de otra manera y aunque la persona fallecida por la grave y contagiosa enfermedad sean derechohabientes, ello no vale y su familia debe cargar con la última losa como lo es el servicio de incineración, carroza y demás.