AL VUELO/ Por Pegaso

Opinión

Incomprendido

No comparto la opinión de la Gobernadora de Campeche, Layda Sansores, quien se puso las rodilleras en la mañanera de este lunes y le dijo al Pejidente que no lo comprenden, que es un hombre de otra dimensión y que lo quiere un chingo.

Yo digo que sí lo comprendemos, y muy bien, quienes no hemos sido alcanzados por el lavado de coco que, como habilidoso prestidigitador, hábil encantador o extraordinario mesmerizador, ha extendido sobre un amplio sector de la población pauperizada.

“Primero los pobres”,-dice. Y efectivamente. Según el INEGI, en los cuatro años y cachito que lleva su Gobierno, se ha incrementado el número de pobres, a pesar de la pensión que les hace llegar a los viejitos, ninis y madres solteras.

Pero tampoco se puede decir que es un buen hombre, porque de una forma u otra, apapacha y defiende a los delincuentes.

“Hay que protegerlos, porque también ellos son seres humanos”,-dice.

Sobre esto hay literatura. Destacados juristas plantean el hecho de que los asesinos, narcotraficantes, terroristas y en general, todo aquel individuo que ha decidido por sí mismo dañar los más elementales derechos de sus semejantes, ha dejado de ser humano y se ha convertido en fiera sedienta de sangre, poder y riquezas. (Recomiendo leer: “Derecho penal del enemigo”, de Gunther Jakobs, en contraposición a un artículo de José Martín Amenabarbeitia denominado: “Los delincuentes violentos también son seres humanos” que, seguramente, sirvió de inspiración al Pejidente para defender a los malos).

Por lo tanto, la frase de ALMO: “Hay que protegerlos, porque también ellos son seres humanos”, es una completa falacia.

Por eso a los animales feroces se les mantiene en una jaula o se les condena a vivir aislados, no se les abraza ni se les consiente, porque te tiran la tarascada.

Tengo la certeza de que, una vez que deje la Presidencia de la República, sus opositores buscarán fincarle responsabilidades en cortes internacionales por Delitos de Lesa Humanidad, como en su momento ocurrió en Chile con Pinochet, o con otros dictadores que pusieron por delante intereses ajenos a los ciudadanos y violaron flagrantemente los derechos humanos.

“Primero los pobres”. Y qué, ¿los ricos y clasemedieros son ciudadanos de segunda y no merecen lo que con su esfuerzo han obtenido?

“Aspiracionistas”,-les dice en tono de reproche, y les recomienda que tengan nada más un par de chanclas y que vivan con un salario de hambre para someterse a la “pobreza franciscana”.

Cuando era un Pegaso chaval tenía mentalidad rojilla, si no, pregúntenle a mi estimado profesor de Historia en la secundaria Escandón, Alejandro Castrejón Brito.

Una vez que crecemos y obtenemos experiencia de la vida, vemos lo difícil que resulta implementar un sistema totalmente socialista o comunista.

Porque incluso Rusia, antes URSS y China, han dejado atrás los principios del comunismo, se han abierto al capitalismo y les ha ido requete bien.

El Pejidente ALMO ha dicho que no se va a reelegir en el 2024, pero lo que no ha dicho es que él va a ser el dedo que indique a su sucesor, como en los viejos tiempos del PRI. Para eso, ya tiene a sus tres “corcholatas” favoritas: Claudia Chiquitibum, su carnal Marcelo y Adán Algusto

Por eso no estoy de acuerdo con Layda Sansores.

El viejito no es un incomprendido. Es un zorro muy lampareado. Es taimado, astuto y falaz. Dice una cosa y sale con otra. Es hábil en la manipulación. Está consciente de todo ese poder y lo aplica con la destreza de un prestidigitador.

Concedo que él, personalmente, no va sobre el dinero, porque no le interesa la riqueza propia, aunque sí la de sus familiares directos y colaboradores.

A él lo que le atrae es la idea de trascender en la historia como otro Benito Juárez, Lázaro Cárdenas o Madero, y que le pongan su nombre a muchas escuelas o plazas públicas.

Siempre trae en su cartera solo 200 pesos pero, ¿para qué necesita más? Todo se lo pagamos nosotros con nuestros impuestos: La gasolina que gasta en sus giras, los vehículos en los que se transporta, la ropa que viste, la atención médica que necesita, el lugar donde vive… ¡Vamos! Hasta en las humildes casas donde acostumbra llegar, se le sirven sus frijolitos con huevito y su chesco sin que a él le cueste un solo centavo.

Además, no quiso vivir en una residencia, la Residencia Oficial de Los Pinos. Noooooo. El viejito quiso vivir en algo mejor, en un palacio, el Palacio Nacional, donde no paga un solo peso de renta.

Nomás faltó que quisiera algo más y se instalara en el Castillo de Chapultepec.

Todo esto que digo, lo digo con pleno derecho, porque yo voté por él.

En aquel tiempo pensaba: “Bueno, de los males el menor”, y tenía yo la firme convicción de que nos iba a ir mal, pero aún así, tomé mi boleta electoral y taché el nombre del cabecita de algodón, esperando que no pasara una desgracia, como cuando Pedro Infante le da la mano en la ambulancia a Luis Aguilar en la afamada película “A.T.M. ¡A toda máquina!” (Estrenada en 1951. Director: Ismael Rodríguez. Protagonistas Pedro Infante, Luis Aguilar, Aurora Segura, Alma Delia Fuentes, Carlos Velázquez y Salvador Quiroz).

Por eso, aquí termino mi colaboración de hoy y los dejo con el refrán estilo Pegaso: “La totalidad de lo que resplandece no siempre es metal áureo”. (No todo lo que brilla es oro).