La Comuna/ Por José Ángel Solorio Martínez

Opinión

“La emergencia del MC: sofocón para el PAN”

La incursión del precandidato presidencial de Movimiento Ciudadano (MC), Samuel García, evidenció su papel de fuerza política emergente en la amplia demografía fronteriza. Al margen de su discurso demagógico -desalinizar el agua desde Matamoros: supone que es sencillo y barato; como si ya lo hubieran hecho los israelíes y los españoles que tienen extensas tierras que son páramos por la falta de agua de riego; crear en todo el país un modelo de desarrollo económico como el de Nuevo León, sin saber que mucho de los fondos que han hecho ese emporio del norte, vienen de la rapiña de sus empresarios, beneficiarios grandes del FOBAPROA, y de créditos súper blandos, del gobierno federal- su paso por la esquina superior oriente de Tamaulipas, anuncia cambios relevantes en el sistema político regional.
Entre otros, más o menos estructurales:
1.- Se presenta como lo nuevo. Planteamiento que es digerible -fácilmente, digerible-, toda vez que la comarca ha sido gobernada por verdaderos truhanes -sólo hay que traer a la memoria a Tomas Yarrington, Eugenio Hernández Flores, Egidio Torre Cantú y lo peorcito: Francisco García Cabeza de Vaca.
A esas fatalidades sociales, se suma la forma de gobernar de algunos alcaldes guindos del norte tamaulipeco que se han enriquecido descomunalmente bajo los falaces principios de no robar, no mentir y no traicionar.
Las expectativas de su primera visita, fueron rebasadas: algarabía evidente, emoción social, esperanza y prometedor ambiente para la campaña constitucional.
2.- La crisis de los servicios públicos en toda la franja norte del estado, genera condiciones propicias para la construcción de una narrativa de consumo amplio y convincente. El problema del agua, tiene con el Jesús en la boca a más de un millón de tamaulipecos; el colapso de las redes de drenaje y de agua potable, son agobiantes circunstancias que construyen un humor social, apto para el engarce de discursos voluntaristas y estridentes.
3.- El desmoronamiento del PAN como fuerza política relevante. Secuestrado por los Cabeza de Vaca, el partido azul, es una entelequia desde Nuevo Laredo a Matamoros. Las malas estrategias, el manejo patrimonialista del partido, la forma excluyente de manejarlo -sólo la familia y los amigos de la familia, son beneficiarios de las siglas-, el encapsulamiento panista en Reynosa y la carencia de cuadros competitivos y con perfiles políticos éticos, han construido la posibilidad de que el MC, aparezca como el nuevo -y sólido- actor político regional.
Actualmente, Reynosa es el municipio en donde mayores potencialidades muestra el naranja, como partido y como actor competitivo en la disputa por la alcaldía. Se ve complicado que en las más importantes ciudades de la frontera el MC pueda triunfar; lo que sí se percibe, es el amigable escenario para las huestes de Dante Delgado y de su aspirante presidencial.
4.- La escasa potencia de la candidata presidencial del PRIAN. Xóchitl Gálvez, cada día se hunde más. El fenómeno político que sus promotores se encargaron de inflar, ya se desinfló. Ese ingrediente, restará potencia a los candidatos del PRIAN. (Uno de los elementos de éxito de muchas candidaturas en la frontera, se fundamenta en el efecto locomotora de los aspirantes presidenciales; así ocurrió con Fox en el 2000, así pasó con AMLO en el 2018; así podría pasar con Samuel, sobre todo en algunos municipios de la Frontera chica).
5.- La incorporación de algunos escurrimientos de MORENA, PRI y PAN, hacia el MC. De los cientos de precandidatos frustrados, algunos -como siempre- podrían irse a la búsqueda de espacios políticos que les den la oportunidad de concretar sus proyectos.
6.- La postulación de candidatos al senado de MORENA, con debilidades políticas y culturales. Se infiere: en la entidad, quienes remolcarán a diputados federales, locales y alcaldías. Si se registran actores de bajo perfil, ocurrirá como en el pasado: se tirarán a la hamaca y esperarán ser llevados a puerto seguro por la ola presidencial.
Retos grandes, que demandan grandes esfuerzos.
Esperemos.
En política, nada es a priori.