RECORRIENDO TAMAULIPAS

Opinión

Por Óscar Díaz Salazar

En una de las primeras visitas que hizo Eugenio Hernández a Reynosa, tal vez la primera que realizó con el carácter de aspirante a candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, el compañero y amigo Paco Rojas (QEPD) le preguntó al Geño si conocía o si sabía dónde estaba ubicado el poblado de Valadeces.

La tardanza en contestar y la duda reflejada en rostro del ex alcalde de Victoria, fueron más convincentes que la repetición de la respuesta que frente a unos treinta periodistas, le sopló el Betico Valdéz al victorense.

Con una pregunta muy simple, Paco Rojas demostró lo que era un secreto a voces: que el aspirante favorecido por el dedazo de Tomas Yarrington no conocía el Estado… De lo que se derivaba que no conocía su economía, sus costumbres, sus grupos políticos, sus fortalezas, sus debilidades, sus oportunidades, sus carencias, sus problemas.

En contraste, les platico que para cuando destaparon al matamorense Manuel Cavazos Lerma como candidato del PRI al gobierno del Estado, el sombrerudo y esotérico ya le había dado unas cinco vueltas a Tamaulipas, tres o cuatro como delegado estatal del Programa Nacional de Solidaridad, Pronasol por sus siglas, dos como candidato a senador y varias a la región centro norte del estado, que representó como diputado federal en dos legislaturas.

La historia nos dice que Geño gobernó para Victoria y Cavazos para todo el Estado, y si lo hicieron bien o mal ya será tema de otro escrito.

Comparto con ustedes estos recuerdos como contexto para decirles que en estos momentos la senadora Olga Sosa es quien se ha ocupado de tener presencia en todo el Estado e interlocución con muy amplios segmentos de la población tamaulipeca.

Olga Sosa se reúne con los directivos de la maquila en Matamoros, con las mujeres profesionistas de Reynosa, con los afectados por las lluvias en Reynosa, a los que llevó su compañía y enseres domésticos, con los estudiantes del Tec de Madero, con la comunidad educativa de González, con mujeres empresarias de El Mante, con el magisterio de Matamoros, con los niños y niñas de Ocampo y Antiguo Morelos, y me limito a describir las actividades de las ultimas dos semanas.

La senadora Olga Sosa es uno de los pocos personajes de Tamaulipas que atiende una agenda realmente estatal, y también una de las pocas que va al territorio, a las comunidades, donde lo mismo se reúne con los dueños de los pueblos, que con los más desprotegidos, los trabajadores, los estudiantes, los colonos, las mujeres, los niños y jóvenes.

En broma le he preguntado a Olga Sosa si le pagan por kilómetro recorrido. Y ya en serio le he expresado mi reconocimiento por atender debidamente las tareas de su cargo, entre las que no es cosa menor, recoger el sentir de los representados y atestiguar los problemas que padecen.

Habrá quien piense y opine que se trata de turismo político, que le mueven las aspiraciones de ocupar otro cargo, y aunque pueda ser cierto, yo estoy convencido de que si son mejores los políticos que tienen la buena costumbre de dialogar con sus representados y visitar las poblaciones para las que trabajan o deberían trabajar.

Puedo apostar que en este momento la senadora Olga Sosa si sabe dónde queda Valadeces y Tambor y Bandera y la Misión y Reynosa Diaz y Estación Ramirez y Magiscatzin y Carboneras y El Abra y Estación Colonias y la mayoría de las ciudades, poblaciones, comunidades y rancherías del Estado.

Creo que los delegados federales, los secretarios de despacho en el gobierno de Tamaulipas, los otros senadores, los titulares de los poderes, los dirigentes de partidos políticos, todos ellos deberían también recorrer el Estado, escuchar a la población, resolver sus problemas y repartir equitativamente los programas, recursos, bienes y obras que ellos manejan.

Termino con el enfoque positivo del tema que hoy desarrollé, aplaudiendo a la senadora Olga Sosa por estar cerca de sus representados.

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