Por Christian Wilson/ EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Cd. Reynosa, Tam.- A solo unos pasos de la presidencia municipal sobre la calle Morelos entre Juárez y J.B Chapa se encuentran trabajando desde hace varios meses, afectando el comercio que está establecido en ese tramo, aparte de crear un pésimo aspecto de la ciudad, dando razón a quienes afirman que Reynosa es la peor ciudad frontera del país.
Ahí se encuentra ocho negocios de diferentes giros comerciales de los cuales ya cerró uno por las nulas ventas, este era un negocio de belleza y decoración de uñas acrílicas.
El resto de los negocios se encuentran agonizando porque mencionan que con la calle cerrada para el paso de vehículos muy pocos clientes que llegan a solicitar los servicios que ahí ofrecen, “no estamos en contra de las obras que se realizan, pero si de la tardanza y las afectaciones que provocan sobre todo a nosotros los comerciantes” -mencionó- uno de los afectados.
Y es que ahí, en esta intransitable calle hay papelería, un estacionamiento, un bar, una barbería, una optica, un negocio de pronósticos, una tienda de conveniencia y otro más de artículos de calzado, mismos que reportan fuertes pérdidas económicas por la disminución de ventas, por las afectaciones de esta obra misma que está cerrada al tráfico vehicular, pero que además no cuenta con acordonamiento para que la gente transite segura por las derruidas banquetas, hay muchos registros y alcantarillas abiertas, lo que representa un grave riesgo para los peatones que ahí tienen que pasar, la mayoría de los cuales prefieren irse por otras calles.
Se espera que estos trabajos concluyan a la brevedad, porque después de varios meses de que esta obra no concluye por el tortuguismo con el que operan las compañías privadas, que tejen la obra y sin que la autoridad municipal, llámense obras publicas ó servicios primarios supervisen y al menos exijan acordonamiento y accesos seguros para peatones.
Por lo que se ve el alcalde Carlos Peña Ortiz “El Makito”, no tiene la capacidad de gobernar y mucho menos cuenta con la calidad moral de pedir a sus subordinados que actúen contra las pasmadas compañías constructoras, seguramente por los moches y corruptelas que realizan desde diferentes dependencias donde hay evidencia del atraco presupuestario que han realizado ininterrumpidamente durante 9 años consecutivos.
