martes, junio 17, 2025

TIENE DOBLE MÉRITO LA GESTIÓN DE AVA

Opinión

LOS HECHOS
POR José Ines Figueroa Vitela

 

A estas alturas del sexenio, el doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA
sostiene todos los hilos del poder estatal en su mano.
La diversidad, que es complejidad, política, cultural, económica,
históricamente han hecho de Tamaulipas una entidad difícil de controlar, de
conducir, de gobernar.
Las esporádicas luces del pasado, se remiten a escenarios oscuros, de
complicidades y concesiones vergonzantes que invariablemente han resultado en
contra de la ciudadanía.
Ese es el doble mérito de los buenos oficios del doctor VILLARREAL ANAYA:
ha alcanzado la plenitud de su ejercicio ejecutivo, como dicen los clásicos, “cruzando
el pantano sin mancharse las alas”.
Con honestidad, respeto a los derechos humanos, apertura, disciplina y
visión de largo alcance, Tamaulipas está avanzando a pasos acelerados, sepultando
el pasado, movilizando a las fuerzas vivas y concitando afanes multiplicadores en
beneficio del colectivo.
La mejor referencia, por estos tiempos, de los alcances del liderazgo
político estatal, tendrá que remitirse a la reciente elección del Poder Judicial.
“A pesar de todo…”, cantan ahora relajados y orgullosos, los operadores
del ejercicio democrático, al recuento de los saldos del proceso electoral de marras,
superados todos los escollos sembrados en la larga ruta electojudicial.
En su tiempo, mucho antes de consumarse la jornada votacional, el alto
mando ya sabía quiénes y de qué manera iban a desdoblarse los ataques y las
traiciones de abiertos opositores y esbozados cuán pretendidos aliados.
Tomadas las debidas previsiones, los resultados electorales no solo
confirmaron, sino que rebasaron las expectativas hasta instalar a Tamaulipas por
encima de la media nacional, en cuanto a la participación ciudadana y de menos
compartirá los primeros lugares respecto de la calidad de los juzgadores electos.

Las variaciones en la incidencia electoral, respecto de la manifiesta
aspiración superior, no fue algo que sorprendiera al que todo lo ve y todo lo oye;
saber de quién se puede contar y hasta qué punto, es parte esencial de ese dominio
del Poder.
Sorprendidos sólo podrán decirse los impulsores de acciones contra-
natura, con la frustración de sus perversas intenciones.
Su candidez previa, sólo podrá equipararse a la pretensión de borrar las
consecuencias de sus desvíos, con alguna felicitación pública a la ganadora de la
elección, que para eso sí fueron muy puntuales, a toro pasado.
“Los Judas” del Poder son males conocidos que han venido a confirmar la
preeminencia de un proyecto superior y trascendente; en su momento se remitirán
al lugar que la historia les tiene reservado.
El desenlace de esta jornada no solo se reduce a la consumación de una
elección compleja en extremo, por la que nadie apostaba mayor cosa en el origen,
símbolo del proceso transformador de la vida pública nacional y estatal.
Renovar el Poder Judicial en Tamaulipas -y en buena medida el federal-,
significa echar de los órganos jurisdiccionales a personajes que llegaron sin perfiles,
sin reunir los requisitos, sin méritos pues, escogidos en alcobas y obscuros rincones,
exclusivamente para mantener tendido el manto de impunidad respecto de sus
declarados patrones.
Con alguna excepción que confirme la regla, el pleno del Supremo Tribunal
de Justicia echado por los ciudadanos a partir de esta elección, está integrado por
subordinados del exgobernador prófugo, contra quien existen infinidad de denuncias
y expedientes abiertos de actos de latrocinio, despojo, peculado, corrupción,
asociación delictuosa, cualquier cantidad de figuras en el amplio catálogo de delitos
punibles.
Esa es la mayor trascendencia de la elección recién pasada y el mayor reto
de los juzgadores recién electos: sacar de su madriguera a los saqueadores del
Estado del pasado sexenio y someterlos a buen resguardo, para que paguen por
todas sus fechorías.
Con el Poder Judicial del Estado renovado y el saneamiento de los demás
tribunales, además de la Fiscalía, donde el impresentable IRVING BARRIOS tiene los

días contados, con todo y la estrategia reeleccionista que asoma amagando a los
tamaulipecos, la real justicia se hace inminente.
Y ese, insistiré, es solo uno de los rostros del liderazgo sereno, amplio y
decidido, el Poder Total que desde el gobierno de Tamaulipas ejerce el doctor
AMÉRICO VILLARREAL ANAYA en todo Tamaulipas.

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