SIN FILTROS
Por Brenda Ramos
Beto Granados no es de esos políticos que necesitan reflectores para demostrar que trabajan. Le basta con estar donde se requiere: en las colonias, en los drenes, en el Cabildo… o en Ciudad Victoria, como hoy, que estuvo atendiendo la agenda estatal.
Desde la semana pasada no han parado en Matamoros. El finde arrancó con fiesta. En Higuerillas, el Festival del Pescador convirtió al mar en escenario. Las lanchas desfilaron como si fueran barcos piratas. Los niños aplaudían contentos, porque en Matamoros, el mar no es paisaje, es sustento.
Luego vino el dato frío: Demoscopia Digital lo colocó como el alcalde fronterizo mejor evaluado de Tamaulipas. Para algunos fue novedad, pero para quienes caminan sobre calles recién rehabilitadas, no tanto. En menos de ocho meses, 115 caídos reparados, 80 millones de pesos programados en pavimentación. Calles que ya no se hunden, drenes que ya no se tapan. Seguridad que por fin deja de ser promesa y empieza a sentirse.
Pero el anuncio fuerte no vino desde su oficina. Llegó desde Ciudad Victoria, donde Beto habló con medios en el marco de su asistencia a la inauguración del Ciclo de Conferencias de la Auditoría Superior de la Federación: más de 140 millones de pesos en inversión proyectada para 2025. Mencionó al Puerto del Norte como si hablara de algo que ya casi puede tocarse: “Falta poco para que esté en operación”, dijo.
No esquivó lo incómodo. Sobre la basura en la playa Bagdad, explicó que ya hay contacto con SpaceX, que habrá análisis, y que la limpieza seguirá. Sin excusas. Sin rodeos. “Seguimos haciendo lo que nos toca”, soltó, como quien no tiene tiempo para discursos huecos.
Habló también de migrantes. Reconoció que más de 50 personas llegan deportadas cada día por Matamoros. Que el albergue sigue abierto. Que están listos para recibirlos. Nada de alarmismo ni compasión fingida, solo convicción: “Los vamos a recibir con los brazos abiertos”, dijo, con el tono de quien entiende que gobernar también es no cerrarle la puerta al otro.
Y mientras todo eso ocurre, en las colonias sigue lo que para otros sería novedad, pero en Matamoros ya es rutina: bacheo diario, audiencias públicas, “Martes en tu colonia”, donde el gobierno se instala calle por calle para resolver en sitio. Hay asesorías psicológicas gratuitas, campañas de lentes sin costo, jornadas permanentes de descacharrización, y una campaña de placas dentales desde el DIF. Lo próximo: el chapoteadero Primavera-Verano, gratis para los niños de la ciudad.
Ayer mismo, el Ayuntamiento firmó un convenio con la Asociación Protección Equina A.C. para promover el bienestar y la protección de los caballos. Matamoros le dijo adiós a las carretas de tracción animal, pero sin criminalizar al que trabaja: se acompaña, se orienta, se dignifica. Nadie queda fuera si hay voluntad de corregir.
En una semana, Matamoros fue fiesta, diagnóstico y bitácora de trabajo. Y en el centro de todo, un alcalde que no se disfraza de salvador ni se esconde en los reflectores. Beto Granados se mueve con los pies en la tierra. No ofrece milagros, pero sí hechos.
En tiempos donde muchos prometen cambiar el mundo desde un escritorio, él va rellenando baches. No presume, pero cumple. No grita, pero se le escucha.
Y eso, en estos días, ya dice mucho.
