El festín de la impunidad: Computadoras infladas y licitaciones amañadas bajo la mirada de la 4T
Por Martín Díaz
Reynosa, Tamaulipas.— En el Ayuntamiento de Reynosa, la transparencia sigue siendo letra muerta. Lo que se presentó como una «licitación pública nacional» para adquirir equipos de cómputo se ha revelado como un presunto festín de la impunidad, un botín repartido con descaro y la complicidad de quienes deberían velar por el correcto uso de los recursos públicos. Se compraron computadoras. Muchas. Y carísimas.
Hablamos de la licitación DA-REY-RFI-003-2024-LP, publicada el 27 de noviembre de 2024, para adquirir 500 equipos, capacitación y conectividad. El fallo ya está dado, los equipos entregados. Pero el expediente, lejos de aclarar, grita fraude a los cuatro vientos.
La burla en cada trazo: Una misma mano para dos «competidores»
La simulación no pudo ser más burda. Dos proveedores «participaron» en el proceso: Joel Arnulfo Ibarra Villanueva y Didáctica Especializada S.A. de C.V. ¿La sorpresa? Ambas propuestas fueron llenadas a mano, con la misma letra, los mismos trazos, el mismo estilo de escritura. Distintos nombres, una sola mano. ¿Quién redactó las ofertas? ¿Un gestor? ¿Un funcionario? ¿O acaso un proveedor compitió contra sí mismo en una farsa que ni se molestaron en ocultar? Las licitaciones amañadas suelen camuflarse en los detalles; aquí, la desvergüenza es tal que ni siquiera intentaron disimular.
El robo al descubierto: Equipos inflados y medio millón de pesos «perdidos»
Los sobreprecios son un insulto a la inteligencia. Joel Ibarra cotizó cada computadora en $9,876.12 pesos, un total sin IVA de $4,938,060.00. Pero al intentar cuadrar la cifra con IVA (16%), el documento de Ibarra mágicamente arrojó $5,238,150.00. ¡Faltan casi medio millón de pesos ($490,089.60) que nadie explica ni justifica! Didáctica, por su parte, ofertó $9,231.01 por equipo, también muy por encima del precio real de mercado. Una Chromebook educativa como la ASUS CR1100, para comparar, no supera los $6,000 pesos. Aquí se pagaron casi 10 mil por unidad, lo que se traduce en un sobreprecio de al menos 1.5 millones de pesos en el total de la compra. Un robo descarado.
Servicios fantasma y conectividad de papel
Pero el festín no termina ahí. Se incluyó un jugoso paquete de «capacitación» y «mentorías» por $2,695,506.12 pesos con IVA, con conceptos tan difusos como «acompañamiento», «bolsa de certificaciones» y «soporte técnico para curso en la plataforma Crece con Google». No hay rastro de la participación de Google, ni datos de cuántas personas fueron capacitadas o qué aprendieron. Es el clásico concepto «invisible» y no auditable, perfecto para el desvío de fondos.
A esto se suma el enredado concepto de «conectividad», que en un lado del documento aparece con un costo de $5,018.11 pesos con IVA, y en otro, sin IVA, en $692.15. La incoherencia es obvia, y la justificación de qué incluye, nula.
El veredicto: Impunidad a plena luz del auditablepediente está completo, la evidencia contundente. El fallo publicado y los equipos entregados son la crónica de un fraude anunciado: dos participantes con la misma caligrafía, montos similares y errores escandalosos, conceptos inflados, y una falta de transparencia que apesta.
Esto es una historia de descarada impunidad. En Reynosa, no hubo una licitación, hubo un reparto de botín a manos llenas. Y el método, tristemente, es el de siempre: papeles aparentemente en regla, firmas aparentemente en orden, documentos a la vista. Todo lo necesario para simular. Lo que nunca aparece, lo que se esconde de los ciudadanos, es la verdad. Y la pregunta final es: ¿Hasta cuándo el Gobierno de la 4T, que predica la honestidad, seguirá siendo cómplice silencioso de estos abusos en Tamaulipas?