Por Oscar Díaz Salazar
La ocurrencia de este día es un ejercicio de imaginación sobre lo que regresarían al pueblo de Tamaulipas, si se creara, y funcionara debidamente, un Instituto para Devolverle al Pueblo de Tamaulipas lo Robado.
Los ejemplos más recientes serían los latrocinios de Francisco N y secuaces, de ahí que podemos mencionar a una parte del botín vacuno en el que destaca el rancho de Soto la Marina, los viñedos en San Miguel, las residencias en McAllen y Mission, los ranchos en USA y las cuentas en bancos gringos, los terrenos de La Pesca. El departamento en Santa Fe CDMX, los ranchos en El Cielo.
Del sexenio en curso.- las residencias de Illoldi, alias El Vecino. El fraccionamiento del Secretario del Trabajo. La carretera Rumbo Nuevo.
La residencia en San Pedro Nuevo León de Egidio Torre. Sus cuentas bancarias. Lo que pepenaron su cuñado Basave y su alcahuete Guillermo Martínez
De Geño.- Las marismas de Altamira. La flotilla de taxis. Las predios en Quintana Roo. Las residencias en Victoria. Las cuentas bancarias de la ex. Las propiedades en la orilla de la presa. Los terrenos en La Pesca. Las plazas comerciales sorianeras. ¿Las Farmacias Guadalajara?
De TYR.- las cuentas bancarias en USA. La residencia de aquellita en San Antonio, los ranchos en Jimenez, hartas divisas verdes que le enviaban los comandantes de la frontera. El cochinito de su secretario de SEDESOL en USA. ¿El hotel de Victoria?
Manuel Cavazos Lerma sigue viviendo en la honrosa medianía que depara el servicio público, para utilizar la frase de Juarez. Viaja en el democrático camión, su atuendo cuesta treinta dólares en las tiendas de Brownsville, y el tacuche lo usa cuando es estrictamente necesario. Debe tener su guardadito, pero lo suyo no es acumular riquezas y menos ostentarla.
Termino reconociendo que en esta breve relación ni está todo lo que es, y probablemente no sea todo lo que está.
Agrego la invitación a enriquecer esta lista de recursos públicos privatizados y convertidos en terrenos, residencias, empresas y cuentas bancarias.
Anímese a completar la descripción del botín producto del latrocinios de nuestros gobernantes… lo menos que nos deben es el escarnio público y el conocimiento de sus fechorías.