Incendios provocados y accidentales
propician incontenibles humaredas
EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Reynosa, Tam.- Ya sea ocasionadas por empresas industriales o por incendios accidentales o provocados por enemigos del medio ambiente, cada vez se ve más gris la ciudad, derivado de inmensas columnas de humo que emergen de todos los sectores de la población.
Evidentemente Reynosa, por su industria petrolera y por el desmesurado crecimiento de sus colonias es la ciudad más contaminada del norte de Tamaulipas y quizá también de todas las ciudades fronterizas del país.
NEGOCIOS A CENIZAS
Para no ir muy lejos, esta semana se incendió una recicladora que en mala hora fue autorizada para operar por la administración municipal que preside Carlos Peña Ortiz el inútil “Makito”, y las columnas de humo negro dominaron el ambiente hoy, por segundo día consecutivo.
El martes una cartonera también ardió durante tres días consecutivos, produciendo enormes llamaradas y fumarolas de humo que causaron problemas de salud, desde tos e intoxicación a muchas familias radicadas en las proximidades de la carretera a Monterrey.
MUCHA ACTIVIDAD
Para variar, también los basureros de Las Anacuas y Las Calabazas, tuvieron actividad debiendo en muchos de los casos ser sofocadas por particulares, ya que los Bomberos fueron insuficientes para frenar la oleada de “incidentes”, que incluyeron además una vivienda incendiada y tres vehículos, solo este jueves.
Otra amenaza latente ha sido para vecinos de dos sectores de Hacienda Las Fuentes, cuya proximidad a los vertederos no oficiales ha sido detonante de quemazones que han amenazado la integridad de las familias en al menos dos ocasiones en las últimas dos semanas.
SIN ESTRATEGIAS
De todas estas calamidades no se ha sabido cuál es el reporte que ha elaborado la déspota Secretaria de Desarrollo y Medio Ambiente, Nohemí Alemán Hernández, quien está enfocada a otras áreas más sustantivas, es decir las que dejan dinero, dejando que el personal asignado a estas maniobras, actúe sin equipo, ni estrategias precisas para tratar al menos de atajar las pelotas.
Reynosa por toda esta contaminación desde hace unos tres años ya no es una ciudad apta ecológicamente hablando, para ser habitada, sin embargo, por la utilidad que esto deja, siguen autorizando la construcción de más fraccionamientos con “palomeras” que a la vuelta de unas semanas después de ser habitadas, significarán más problemas, porque dentro de la proyección nunca contemplan construir basureros que reciban las disposiciones finales de los pestilentes desechos, que muchos asesinos de la naturaleza, por comodidad, arrojan a los drenes, canales y a la pestilente laguna, causando ecocidio, epidemia y plagas que tampoco son atacadas.