Por Oscar Díaz Salazar
El presidente Lopez Obrador fue muy claro y contundente en relación al uso de la figura de los fideicomisos para el manejo del dinero público, con la posibilidad que estos brindan de evadir la rendición de cuentas, privatizar recursos, comprometer recursos más allá del tiempo en que se desempeñan los cargos públicos y ocultar información con el argumento del secreto bancario.
La desaparición de varios fideicomisos que fueron fondeados por el gobierno federal, fue una medida que no encontró eco, ni fue replicada por el gobierno de Tamaulipas, en donde antes que proceder a la liquidación de los múltiples fideicomisos existentes, con diversos propósitos y recursos invertidos, se fortaleció la unidad administrativa que los manejaba, originalmente pequeña y de carácter técnico, para crear la sub Secretaría de Inversión, Entidades y Fideicomisos.
La primer secretaria de Finanzas del gobierno de Tamaulipas, Adriana “Tesorito” Lozano, se trajo de su terruño, Matamoros, Tamaulipas, a Carlos Irán Ramirez González, quien dejó la Oficialía Mayor en la administración municipal, -chamba que también le consiguió su madrina-, para atender una subsecretaría.
Carlos Iran Ramirez cambió el enfoque de la oficina de fideicomisos y desatendió los aspectos positivos de esa figura administrativa / bancaria, para convertirla en la típica tesorería de pueblo rabón, en donde se piden “estímulos” para autorizar o simplemente agilizar los trámites y los asuntos que deberían resolver por ser una obligación inherente a su trabajo.
Carlos Irán Ramirez se siente el alcalde chiquito de Victoria, pues tiene el manejo del fondo de capitalidad, que es un recurso abundante del erario estatal, dedicado a hacer obras en beneficio de los capitalinos.
Lo malo es que el alcalde bis, salió tan bandido como el presidente municipal y en el caso del subSecretario que conservó la chamba a pesar de la salida de su madrina, es de los que atoran los procesos administrativos hasta que los interesados pidan el favor y se comprometan a pagar dicho favor con el 15 al 30 por ciento del pago que se gestione.