LAS VEPEGE

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar

El argumento de la violencia política de género, ha servido para muchas cosas, incluso para proteger a las mujeres de la violencia política de género; pero también para que muchas políticas, servidoras públicas, y representantes populares, evadan las discusiones sobre su actuación, el sentido de sus votos, su trayectoria política, sus alianzas, sus relaciones de subordinación con otros actores políticos (hombre o mujer), etc.

Usare la lógica que han utilizado nuestras políticas VPG, para intentar demostrar lo que propongo en el primer párrafo de este escrito.

Un hombre no hace alusiones sobre su género, si lo acusas de cambiar de partido político constantemente, incluso si utilizas expresiones de uso popular como esa de “cambiar más veces de partido que de calzoncillos”.

Un hombre no se siente agraviado en su masculinidad, si lo acusas de ser poco hombre por negar parentescos con presuntos delincuentes, bandidos o malas personas; porque sabe que el tema es el de las relaciones familiares y la posible cercanía que se supone existe entre consanguíneos.

Un hombre no se siente agraviado, en cuanto a su masculinidad, su sexo o su género, si lo acusas de acatar instrucciones de otra persona, hombre o mujer, porque sabe que el tema es sobre la independencia de criterio y la autonomía, y no de masculinidad o feminidad.

Un hombre que discute no se sale del tema de la discusión alegando agresiones a su masculinidad, si lo interrumpen, le dicen “cállate”, le piden que se calle, o le llaman al orden y la prudencia.

Un hombre no se defiende apelando a su sexo, cuando lo acusas de corrupto, incompetente, bandido, indolente y falto de capacidades.

Un hombre no se siente violentado cuando lo acusan; se siente agraviado, mal tratado, tratado injustamente, incomprendido, porque sabe que así es la vida pública y que los ciudadanos tienen derecho a saber lo que hacen, deciden o dejan de hacer sus protagonistas.

De todas estos ejemplos genéricos, pero tomados de casos recientes en la política de nuestro Estado, podemos seguir discutiendo si el dicho o el texto que motivó la denuncia por violencia política de género, es o no es VPG, pero de lo que no hay la menor duda es que las supuestas víctimas evadieron los temas de fondo.

Y ya “picados y en la barra” me atrevo a comentar que los temas de la vida privada, son de interés público, si las relaciones que se establecen y se fortalecen en las alcobas, con papelito o sin el, trascienden a la vida pública con designaciones, ascensos, promociones, sobresueldos etc.

Por último, les comento que la política que más ha sufrido por VPG en Tamaulipas, sigue fortaleciendo su proyecto político sin presentar una sola denuncia o expresar la menor queja, mientras que otras presentan denuncias de VPG a la menor provocación, olvidando convenientemente que sus triunfos y las posiciones que hoy desempeñan, son producto de ese machismo que denuncia

Please follow and like us: