lunes, septiembre 15, 2025

SOBRE LAS ÉLITES REYNOSENSES

Opinión

La Comuna

 

José Ángel Solorio Martínez

La corrupción del poder público y la enorme rapiña de los recursos energéticos de la nación, son las dos principales conductas que han desgastado a la clase política reynosense. Las más relevantes familias de la ciudad se dejaron seducir por las delicias del gobierno y por los mimos y placeres del dinero fácil.
En tanto funcionó esa oscura dinámica todo fue felicidad.
La estirpe Gómez-Cabeza de Vaca o Cabeza de Vaca-Gómez, hicieron punta con formas de autoridad que desvirtuaron el oficio de la política: rapacidad con los fondos municipales -y luego, desde el gobierno del estado-, nepotismo, autoritarismo y unipersonal forma de mando; continuó calcando las formas de gobierno, el clan Peña-Ortiz u Ortiz-Peña, dio continuidad al proyecto antipopular del exgobernador: saqueó de las arcas del ayuntamiento, se olvidó de los compromisos con el pueblo, invirtió dinero público para bienes privados -Makyito compró ranchos y demás bienes inmuebles en la localidad y en otras regiones- y manejó la demagogia más rampantemente ridícula.
Ambos núcleos familiares, carecen de ideología; por esa razón, sus compromisos políticos son endebles y vaporosos. No respetan acuerdos, pactos, ni compromisos políticos; justo, esa peculiaridad, los hacen encerrarse en su propia sangre: sólo confían en su consanguineidad. Los otros, son de alto riesgo para sus intereses; son, peligrosos para sus hegemonías.
Por muchos años así ha sido.
No requieren alianzas políticas endógenas, tienen a su familia.
Con todo y las resistencias del alcalde Makyito, tuvo que matrimoniarse por órdenes de su madrecita. No le tienen fe, a los candidatos externos: construyen los propios. Optaron por la forma más sencilla: pactar la boda con la afortunada; y ahora, le confeccionan otro vestido más lucrativo: el de candidata a la alcaldía.
En el bando de Cabeza de Vaca-Gómez, han apostado por el continuismo, en el futuro de las hijas de Francisco; JR, es renuente a la mecánica del matrimonio como instrumento de reproducción de las élites, según la tesis de Vilfredo Pareto.
La nueva clase política reynosense está en proceso de construcción.
Las dos familias referidas están cansadas; agotadas por sus excesos de gobierno y por sus desmesurados afectos por los tesoros públicos.
Ni uno ni otro clan, soportarían una indagación de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF). Sus fortunas son tan inexplicables como inconmensurables. Ambas, tienen un origen tan sospechoso como cuestionable.
Las políticas de la presidenta Sheinbaum, golpean en la médula de estas estirpes. El combate al guachicol y a la corrupción política, debilitan las estructuras esenciales de los Cabeza de Vaca-Gómez y de los Peña Ortiz.
Son, objetivamente, élites declinantes.
Su contraparte, está esforzándose por aparecer: las élites emergentes.

Please follow and like us: