CABEZA DE VACA, EL PRÓFUGO QUE DICTA LA AGENDA

Opinión

Francisco Javier García Cabeza de Vaca no es un prófugo cualquiera.

No huye, se exhibe. No se esconde, se pasea. No calla, dicta la narrativa. Y lo hace desde el lugar más seguro para él: el gris.

Ese espacio donde no hay sentencia firme en México ni acusación concreta en Estados Unidos. Un limbo que no es casualidad: es su estrategia.

El espejismo de Interpol.

Febrero de 2025: anunció que Interpol había cancelado la ficha roja en su contra.

La FGR lo corrigió: no fue cancelación, sino suspensión temporal por un amparo en trámite.

La diferencia es monumental, pero el efecto mediático ya estaba hecho. Titulares favorables, la imagen de un hombre que “derrota al sistema” y, otra vez, un expediente congelado en la maraña judicial.

“Ganó el round sin subirse al ring.”

Texas, refugio y tribuna.

Con doble nacionalidad y residencia en McAllen, Cabeza de Vaca convirtió a Estados Unidos en su escudo.

Mientras en México lo llaman prófugo, en Texas se registra como candidato, da entrevistas y presume “colaboración de 20 años” con agencias estadounidenses.

No es cooperación judicial ni estatus de testigo protegido; es ambigüedad calculada.

Lo suficiente para sembrar la duda: ¿es perseguido político o pieza útil para la inteligencia norteamericana?

“El prófugo más cómodo de América.”

El tiempo como poder.

Desde 2021 acumula órdenes de aprehensión por delincuencia organizada, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito. El artículo 19 de la Ley de Extradición Internacional obliga a México a acreditar cargos sólidos para traerlo de regreso. Pero los amparos (art. 103 Constitucional) le han dado oxígeno. El resultado es simple: cada día libre en Texas es un día menos de credibilidad para la justicia mexicana.

Informante o acusado: la gran duda.

En 2015, un informante de la DEA aseguró en una corte de EE. UU. que su campaña de 2004 recibió 500,000 dólares del Cártel del Golfo.

Él lo negó, y nunca hubo sentencia derivada de ese dicho. En 2021, el Departamento de Justicia envió a la FGR reportes de transferencias irregulares vinculadas a su nombre.

Y en 2024, lo bajaron del Senado por falsificar un acta notarial para registrarse como plurinominal.
Pero, hasta hoy, no existe un solo documento público en cortes federales de EE. UU. que lo acredite como informante. Es ahí donde gana: porque su silencio alimenta el mito.

“No hay pruebas de que sea informante… y por eso todos lo creen.”

Tiene a todos donde quiere
• A la FGR, atrapada en comunicados y juicios que nunca terminan.
• A los jueces, exhibidos como cómplices o verdugos, nunca neutrales.
• A los periodistas, obligados a cuidarse tras amenazas legales documentadas por ARTICLE 19.
• A su partido, entre la vergüenza de un prófugo y la utilidad de un operador que todavía pesa.
• A EE. UU., que lo mantiene en observación: incómodo vecino, pero potencial activo de inteligencia.

“En el tablero de Cabeza de Vaca, todos son piezas. Y él mueve las fichas desde el exilio.”

Comparativos internacionales
• Genaro García Luna fue procesado y condenado en Nueva York.
• Javier Duarte cayó en Guatemala y terminó preso en México.
• Cabeza de Vaca, en cambio, sigue libre, jugando al doble discurso. Esa diferencia no es fortuita: es el resultado de haber convertido la ambigüedad en arma y el tiempo en estrategia.

El hombre del gris.

Ni inocente, ni culpable. Ni testigo, ni acusado final. Francisco Javier García Cabeza de Vaca ha logrado lo que pocos: ser el prófugo que dicta la agenda nacional. Y mientras no exista una sentencia en México o un expediente abierto en EE. UU., seguirá en su zona de confort.

Porque en este país, el que controla la ambigüedad controla el poder. Y hoy, Cabeza de Vaca tiene a todos —fiscales, jueces, periodistas, partidos y gobiernos— donde él quiere tenerlos.

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