LOS PRECURSORES Y SUS DESCENDIENTES

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar

Aquello que fue, ya es; y lo que ha de
ser, fue ya; y Dios restaura lo qué pasó.
Eclesiastés 3:15

La invitación para que Américo Villarreal Anaya fuera candidato a senador por la coalición Juntos Haremos Historia, integrada por morena, PT y PES, obedeció a un gesto de gratitud del líder indiscutible del movimiento, -en ese tiempo-, Andres Manuel Lopez Obrador, que guardaba un buen recuerdo del Ingeniero Americo Villarreal Guerra, quien de alguna forma lo apoyó cuando coincidieron en Tabasco varias décadas atrás, uno como subsecretario de recursos hidráulicos (AVG) y el otro como político local, (AMLO), siendo ambos priistas.

Con ese criterio de recompensar a los que ayudaron en sus inicios al líder y/o al movimiento de lo que hoy se denomina Cuarta Transformación, sostengo qué hay una deuda pendiente con los descendientes del ex dirigente nacional del PARM, Carlos Enrique Cantú Rosas, porque fue él quien le dio viabilidad electoral a la primera candidatura del ingeniero Cuauhtemoc Cardenas Solorzano, que con su Corriente Democrática escindida del PRI, trasladó la lucha entre las facciones nacionalista y neoliberal, que se libraba al interior del Partido Revolucionario Institucional, a la lucha electoral entre el PRI y el Frente Democrático Nacional, que posteriormente se constituyó en PRD con el concurso y el registro del PMS.

Los CantúRosas Villarreal recogieron la estafeta de su padre, el ex dirigente nacional parmista, personaje que logró derrotar al PRI en dos ocasiones, una como candidato a diputado federal y otra como presidente municipal. Fue larga la temporada en que la lucha política no se centraba en temas ideológicos, sino en dos frentes muy señalados: el PRI hegemónico que defendía con hartas ventajas su reinado, contra la oposición, espacio político en el que siempre participaron los hijos del Chale Boy.

Hoy son dos los Cantu Rosas que tienen participación activa en la política regional, Carmen Lilia, presidenta municipal de Nuevo Laredo que cumple su segundo periodo como alcaldesa y que antes fue diputada local, los tres cargos con las siglas de morena; y Carlos Cantu Rosas que ya fue presidente municipal y que hoy es diputado federal, representante del primer distrito en el Congreso.

Los dos hermanos Cantú Rosas tienen posibilidades reales de ser candidatos a la gubernatura de Tamaulipas, y vale la pena precisar que ambos son considerados serios aspirantes por méritos propios, de cada uno de ellos y ninguno como “Juanit@“, extensión del otro, agregado o Plan B.

Al margen de lo que defina morena o la posible coalición que integre el partido para la elección de la que surgirá el relevo de Americo Villarreal, en relación al género del candidato, me atrevo a pronosticar que uno de los Cantú Rosas, Carlos o Carmen, participará en el proceso, auscultación, encuesta o consulta, así sea a la base de datos de la computadora del gobernador o de la presidenta con A, como presumía el ex gobernador Tomas Yarrington previo al destape de Eugenio Hernández.

Regreso con el tema del párrafo inicial para decirles que le debemos a Carlos Cantu Rosas padre y a los parmistas, el justo reconocimiento a su aportación al movimiento que con el tiempo fue gobierno, morena, segundo piso y Cuarta Transformación. Desde luego que difiero con los que descalifican al PARM señalándolo como comparsa del sistema, con una visión centralista y filopriista, que ignora convenientemente las luchas políticas regionales y el rompimiento con el sistema para fortalecer al grupo nacionalista y a la democracia.

Opino que esas historias deben ser recordadas, escritas y valoradas, y que si se quiere compensar a los herederos de esos precursores del movimiento, es obligado hacerlo con los Cantú Rosas.

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