Por Oscar Díaz Salazar
Varios son los argumentos para sostener que la senadora Maki Ortiz tiene posibilidades de ser candidata al gobierno de Tamaulipas, por la misma coalición que hoy gobierna.
De entrada, debo decir que mienten, por ignorancia o por intención de minimizar su presencia política, los que afirman que la doctora es senadora representante de San Luis Potosí.
Maki Ortiz es senadora plurinominal, y en el caso de la lista de representación proporcional en el senado, a semejanza de lo que ocurre en el Congreso del Estado, la circunscripción es una sola y abarca todo el territorio nacional.
Es importante recordar que los propietarios fundadores del Partido Verde Ecologista de México, son originarios de Tamaulipas, de Tampico, por lo que se supone que tienen interés particular en nuestro Estado.
Conviene considerar que las coaliciones entre los partidos políticos, se arreglan, o desarreglan, en la cúpula, en las instancias nacionales de dirección de cada partido político, y para prueba tenemos la muy reciente coalición del agua y el aceite, PRI y PAN, porque así convenía y era justificado en la contienda en CDMX, pero fue totalmente absurda en las circunstancias de Tamaulipas, en las que tuvieron que salir de la manita, actores políticos que apenas cinco años antes fueron contendientes irreconciliables.
Con esos elementos como contexto, afirmo que Maki Ortiz puede ser la candidata de la coalición morena – PT – PVEM, si en las negociaciones cupulares los dirigentes del Partido Verde solicitan la candidatura, esto es si Maki se vuelve prioridad de los líderes del Verde, que pueden argumentar su origen tamaulipeco y su capital político y contribución a la coalición, que incluye una gubernatura, la de San Luis Potosí, que pudieran incluso canjear por Tamaulipas.
La cesión de las candidaturas a un partido minoritario de una coalición, ya la experimentamos en Tamaulipas en el 2018, cuando AMLO entregó todas las candidaturas de la coalición Juntos Haremos Historia al dueño (nacional) del primer PES, Abdies Pineda, que como buen tamaulipeco reclamó para sus siglas las candidaturas de su terruño, que en su oportunidad cedió a sus amigos priistas, que ingresaron por la derecha a la coalición de izquierda.
Que no goce de afectos y simpatías en Palacio de Gobierno de Ciudad Victoria, y por extensión en la comunidad afín al gobernador, no resta ni merma las posibilidades de que Maki Ortiz sea candidata al gobierno de Tamaulipas, resultando favorecida de una decisión que hasta los más recalcitrantes fans del humanismo victorense, pronostican su definición en CDMX.