Por Oscar Díaz Salazar
Los panistas tuvieron elecciones el fin de semana. En la lista de Consejeros estatales, nuevecitos y de paquete, destaca como el más votado el diputado Ismael N, alias Hermano Lelo de ya saben quien, y cuatro o cinco renglones más abajo, el también diputado Gerardo Peña. Por sus declaraciones y comunicados en sus redes sociales, sabemos que también el ex diputado y ex aduanal Arturo Soto, formará parte del Consejo estatal del partido de la patria ordenada y generosa.
Como una curiosidad y prueba de la incongruencia de los panistas, uno de ellos, de añeja militancia, me comenta que al menos los integrantes del grupo franciscano, ene, vacuno y cabecista, acudieron a las urnas con acordeón en mano, de la misma forma y con la misma estrategia que tanto le han criticado a los morenos y sus jueces del bienestar.
Chucho y Schekaiban
En un encuentro breve con el diputado Chucho Nader, le pregunté sobre la versión de las visita frecuentes a Reynosa del diputado local Pepe Schekaiban, agregando mi sospecha de que lo hacía para cruzar el río y entrevistarse con el dueño del PAN.
Chucho negó que su ex director de servicios públicos, Pepe Schekaiban hubiera brincado el río, -y el corral, pensé yo-, y a manera de explicación, me dijo que estaba asesorando al presidente de Reynosa en los temas que bien domina, como es la limpieza urbana, el alumbrado público y el mantenimiento de las áreas públicas.
Poder Judicial
Aunque ya había escuchado múltiples comentarios sobre la debilidad o gusto de la hoy magistrada presidenta Tania Contreras, por el poder y su parafernalia, de cualquier manera me sorprende ver las redes sociales de la flamante dueña / gerente del Poder Judicial de Tamaulipas, con imágenes que muestran el glamour de una burocracia dorada, totalmente palacio, integrada por pura gente nice, (VIP) very important people.
Y no es que Tania Contreras hubiera llegado a su nueva chamba imponiendo el lujo, ese siempre estuvo ahí, muy al estilo de los abogados fifis, de una élite exhibida por el Ejecutivo federal, en una campaña que tuvo éxito y la mayoría “compramos”, porque tenía mucho de cierto. Tania no impuso el lujo, pero se nota que lo disfruta y lo presume, al grado de que con esa imagen, no podríamos llamarles magistrados del bienestar.
