Martín Díaz / La Nube
El nombramiento de Olga Sosa Ruíz como presidenta de la Comisión de Agricultura es el ejemplo perfecto de la repartición de cargos en Morena: sin mérito, sin conocimiento del tema y sin una pizca de empatía.
La senadora “SOSA” acapara sistemáticamente cualquier evento cívico o social en el estado, buscando protagonismo y publicidad en redes sociales. Esta sobreexposición tiene un claro objetivo: abonar a sus aspiraciones de gobernar Tamaulipas.
Sin embargo, mientras los agricultores de su propio estado, Tamaulipas, bloquean desesperadamente las carreteras exigiendo precios justos para el sorgo, la flamante presidenta de la Comisión en este caso brilla por su ausencia, en los lugares donde se están manifestando.
A la senadora le hubiera dado lo mismo presidir la Comisión de Agricultura que la de Dinero Ilícito, Trasiego de Hidrocarburos o Herencias Sospechosas. En cualquiera de esas, si existieran al menos, podría haber tenido mayor conocimiento de esos temas por su experiencia de vida.