MÓNICA VILLARREAL; LA CENTURY 21

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar

Muy generosa con lo que no es suyo, con los bienes ajenos, con el patrimonio municipal, así se ha manejado la presidenta de Tampico, Mónica Villarreal Anaya, conocida también como la Hermana incómoda.

Regalar los predios que pertenecen al gobierno municipal, es decir a la comunidad, es una tarea en la que se ha aplicado la alcaldesa porteña que lo mismo cede predios de la Laguna del Carpintero, para favorecer a una empresa hotelera, como terrenos para la construcción de una iglesia.

El caso más reciente es el de la “donación” de un terreno en el sector del fraccionamiento “Colinas de San Gerardo”, con una superficie de 3500 metros cuadrados, a favor del Instituto del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores, Infonavit por sus siglas.

En la trigésima séptima (37) sesión ordinaria del Cabildo de Tampico, aplicando una estrategia de diluir un tema polémico, entre una docena de asuntos menores o de mero trámite, se propuso y se mayoriteo la desincorporación de un terreno del patrimonio municipal para cederlo al Infonavit, institución que a su vez lo usara para construir vivienda en un esquema de colaboración múltiple entre el Infonavit, donde coinciden los intereses y aportaciones de los trabajadores, los patrones y el gobierno, y en donde además participarán los beneficiarios y las empresas que realicen la construcción de las viviendas.

Oportuno es aclarar que los terrenos para áreas verdes y de equipamiento, son terrenos que forman parte del patrimonio municipal y que se obtienen de la reserva territorial que la ley obliga, a los fraccionadores, entregar a la autoridad municipal.

Pero esos predios que la misma ley identifica como áreas verdes y/o de equipamiento, deben utilizarse para operar como jardines públicos, o para usos de beneficio colectivo, como es el caso de escuelas, dispensarios médicos, áreas deportivas, etc.

El legítimo derecho de las familias a tener una vivienda, no debe hacerse valer pasando por el también legítimo derecho de la colectividad a tener espacios recreativos y servicios públicos y lo digo convencido de que el hacinamiento y la carencia de áreas verdes deteriora considerablemente la calidad de vida de las familias que ya estaban ahí, en este caso en Colinas de San Gerardo, que como dicen los abogados: fueron primeras en el tiempo y son primeras en el derecho.

El regidor panista Mon Maron, en este, como en muchos otros asuntos que se resuelven en el Ayuntamiento tampiqueño, ha sido la voz de la cordura, la voz de los argumentos, aunque lamentablemente también, la voz que clama en el desierto, la voz que ha sido ignorada por las mayorías que obedecen los caprichos y favorecen los negocios de la presidenta municipal.

En la argumentación de su voto en contra de regalar los bienes públicos, en esta caso los predios de Colinas de San Gerardo, el regidor Maron señala que le están generando muchos problemas al sector, al quitarles la posibilidad de tener áreas verdes, al aumentar la densidad poblacional con las viviendas que se van a construir, y al destinar terrenos adjuntos para edificar espacios de propósitos médicos con la donación a favor del IMSS realizada en esa misma sesión de Cabildo.

La señora Mónica Villarreal Anaya, alias la Century 21, sigue manejando lo institución que administra como un botín personal… corrijo: familiar, porque trae a toda la parentela metida en el negocio, y cada vez se atreve a mas y es más nociva, pues el daño causados al regalar el patrimonio municipal será muy difícil revertir.

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