sábado, octubre 25, 2025

CAÓTICA DISRUPCIÓN DE SERVICIOS PUBLICOS DE EU

Opinión

Dr. Jorge Alfredo Lera Mejía

El cierre del gobierno federal de Estados Unidos, iniciado el 1 de octubre de 2025 por falta de consenso entre republicanos y demócratas sobre los subsidios sanitarios y límites de gasto, ha generado un impacto económico notable y una disrupción parcial en servicios públicos esenciales.

El cierre, que ya supera 23 días, es el segundo más prolongado de la historia del país. Más de 1.3 millones de empleados federales no han recibido salario: unos 730,000 continúan trabajando sin pago, mientras cerca de 670,000 están en licencia sin sueldo.

Analistas estiman que el Producto Interno Bruto estadounidense podría reducirse entre 0.1% y 0.2% por cada semana de paralización, especialmente por la caída en el consumo de los trabajadores federales y el retraso en contrataciones públicas y revisiones científicas.

El cierre actual se desarrolla en un contexto de crecimiento económico frágil y desempleo elevado (4.3% en agosto), por lo que el efecto se siente más intensamente que en los cierres anteriores.

Pese a la paralización de gran parte de las actividades públicas, permanecen operativas las funciones esenciales de seguridad y control:

Aduanas y Seguridad Nacional (DHS): más del 90% de su personal sigue activo, incluyendo agentes de Aduanas, de la Patrulla Fronteriza, del Servicio de Inmigración (ICE) y de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), quienes trabajan sin remuneración inmediata.

Aviación: aeropuertos siguen operando, pero han sufrido demoras y casos de ausencia de controladores aéreos, sobre todo en California y Nueva York.

Salud y seguridad social: los pagos de Medicare, Medicaid y Seguridad Social continúan, aunque se han suspendido trámites administrativos y verificaciones no urgentes.

Correos (USPS): funciona normalmente por su financiamiento independiente.

Proyectos federales: las obras públicas, investigaciones científicas y evaluaciones ambientales se encuentran congeladas, afectando la inversión y la entrega de contratos a proveedores privados.

Hasta el 23 de octubre, el Congreso había celebrado doce votaciones fallidas para reabrir el gobierno, sin avances significativos en las negociaciones presupuestarias.

Impacto al comercio con México

El cierre del gobierno ha tenido un impacto directo en el comercio internacional con México, afectando principalmente la logística fronteriza, los tiempos de exportación e importación y la estabilidad cambiaria y productiva en la región norte del país.

Flujo comercial y retrasos fronterizos

El “shutdown” ha ralentizado de manera significativa las operaciones aduaneras en los cruces México–EE.UU.

Aunque la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) continúa trabajando por ser considerada un servicio esencial, la ausencia de personal administrativo y técnico ha extendido los tiempos de espera para el transporte de carga entre 20% y 40% según reportes logísticos en Ciudad Juárez y Tijuana.

Los puentes internacionales, especialmente los de Juárez–El Paso y Laredo, registran demoras de hasta seis horas en horas pico, afectando a maquiladoras, exportadores agrícolas y empresas con sistemas de producción just-in-time.

El efecto más severo se observa en el sector maquilador y manufacturero, que depende de la fluidez en la entrega de insumos estadounidenses. La ralentización de certificaciones fitosanitarias y revisiones de seguridad ha afectado a exportadores de frutas, verduras y componentes electrónicos, generando pérdidas diarias por incumplimiento de entregas y aumento de costos logísticos.

En regiones como Ciudad Juárez, Reynosa y Tijuana, miles de empresas reportan presiones por el atasco aduanero y por la caída del turismo fronterizo causado por largas filas peatonales y vehiculares.

El comercio bilateral que supera los 1,700 millones de dólares diarios enfrenta desequilibrios por la ralentización logística. México, que aporta más del 15% del comercio exterior estadounidense, ha visto un impacto en sus ingresos aduaneros y en la volatilidad cambiaria, ya que el peso ha mostrado movimientos amplios frente al dólar ante la incertidumbre del cierre.

En paralelo, la suspensión de indicadores macroeconómicos y contrataciones federales en EE.UU. genera desconfianza en los mercados y altera las expectativas de inversión transfronteriza.

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