NINFA CANTÚ DEÁNDAR: EL EFECTO PUGMALIÓN

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar

Fue en una clase de “Organización industrial” en la UANL, donde escuché por primera vez el concepto de Efecto Pigmalión. En varias ocasiones he buscado información adicional sobre este tema, encontrando que se trata de una figura de la mitología, una obra literaria y un fenómeno psicológico que describe como las expectativas de los demás, influyen en el comportamiento de un individuo.

Me parece que en el gabinete de Americo Villarreal tenemos un buen ejemplo de efecto Pigmalión, con la titular de la Secretaria de Desarrollo Económico, Ninfa Cantú Deandar.

Puedo estar equivocado y lo que percibo como un crecimiento exponencial en el buen desempeño de la neolaredense Ninfa Cantú, sea simplemente que hoy tiene un mejor jefe de prensa y encargado de relaciones públicas.

Lo que publica en sus redes sociales la secretaria Cantú Deandar, su manera de conducirse, su discurso, su agenda y los asuntos que hoy atiende, contrastan enormemente con su agenda y su desenvolvimiento personal en los primeros años del sexenio, que fueron también sus primeros años en el servicio público.

Recuerdo que sentí pena ajena por Ninfita, como de cariño le dicen sus amigos y familiares, pero también por lo apocada que se veía, cuando tuvo que asistir a la sesión de glosa del primer informe de gobierno, en un encuentro con los legisladores locales en los que estuvo mal y de malas, errática, pérdida, desencanchada dirían los futboleros.

A Ninfa le puede pasar, y creo que es lo mejor que le puede pasar, que cuando ya le está entendiendo a la chamba, se termine su ciclo, y lo digo pensando en que si ella tiene planes, y tienen planes para ella, de seguir en la vida pública, es momento de regresarla a su casa a preparar el terreno para su participación en una contienda electoral.

Aunque Ninfa es bien vista en Nuevo Laredo, también es cierto que no tiene pueblo, que no tiene base, que le falta presencia popular, que le hace falta ver más box, y lo cerrado de los resultados en la última elección, obligan a los aspirantes a trabajar mucho y empezar pronto.

Si hubiera planeación política en los altos mandos de morena, y las candidaturas no estuvieran sujetas a las fuerzas del mercado, ya deberían estar perfilando a los cuadros que estarán en las boletas electorales en la siguiente temporada.

Tres años necesitó Ninfa Cantu Deandar para sentirse cómoda en su trabajo, un trabajo que de forma simplista podemos decir que se trata de interactuar con los de arriba, con los señores del dinero, siendo un espacio y comunidad que le es propia. Tal vez ya sea el tiempo para aprender a interactuar con la raza de bronce, con el pueblo, con los que son la mayoría que se requiere para ganar una elección.

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