Por Oscar Díaz Salazar
Heriberto Deandar Martínez fue un protagonista principal de la vida pública de Reynosa del último medio siglo, fue mucho más que el cronista y el testigo que registra los acontecimientos, que son las tareas propias de los periodistas.
Propietario del periódico El Mañana, que bajo su dirección se consolidó como el medio dominante en Reynosa, ejerció a plenitud su condición de líder de opinión, y convirtió a su empresa y su producto, el periódico, en la palanca que le permitió influir en la política, en la administración pública y en los negocios de la ciudad que lo adoptó cuando su familia extendió su negocio de Nuevo Laredo a Reynosa.
Media docena de presidentes municipales directamente vinculados por lazos de sangre, por el parentesco sellado en los registros civiles o por vínculos afectivos, son la prueba del poder y la influencia que tuvo Beto Deandar en las últimas décadas del siglo pasado y los primeros años de este.
La hemeroteca del Mañana guarda el registro de las múltiples ocasiones en que Heriberto Deandar se opuso a las imposiciones políticas de los gobernadores, poniéndose al frente y estimulando la protesta política, actuando como precursor, protagonista y cronista de los episodios cívicos más luminosos de nuestra historia reciente.
Sus detractores ponen el acento en su condición de cacique político y su injerencia en los asuntos policiacos, en las múltiples variantes que tienen esos temas en nuestra ciudad. Sin el menor ánimo de justificarlo, me parece que todos esos asuntos relacionados con la Aduana, las oficinas de Migración, la policía preventiva, la policía vial, los jueces, los ministerios públicos, la administración de los penales y el manejo de las corporaciones policiacas, son esenciales para entender e influir en la vida pública de Reynosa, y de cualquier ciudad de la frontera.
Sobrevivió por unos años a la época en que logró fama, fortuna y reconocimiento, una época en la que el PRI era invencible y parecía eterno, una época en la que los periódicos impresos eran importantes porque la opinión pública y la opinión publicada eran casi lo mismo.
El juicio sereno de la historia nos dará un retrato justo del personaje de claroscuros que mucho influyó en la construcción de Reynosa, para bien y para mal.
Corresponderá a sus hijos, involucrados en la política y en la comunicacion, tomar la estafeta y honrar su legado, en tiempos difíciles donde ya no tienen el mismo peso y valor las herramientas y recursos que utilizó su padre.
Saludo con afecto y respeto a Heriberto y Magaly, y extiendo mis condolencias a familiares y amigos del señor Heriberto Deandar Martínez.
