Por Oscar Díaz Salazar
Se critica a los nuevos juzgadores emanados de las urnas electorales tras la reforma al Poder Judicial, de ser los ministros y jueces del bienestar, de ser los ministros chicharrones, de ser pueblo, de ser nacos, de ser simples, de no ser sofisticados como los anteriores, de no respetar los códigos de vestimenta, de ser chairos, de ser rústicos, de no tener pedigrí, de ser parte del infeliciaje, de no haber estudiado en las universidades de las elites y de muchas otras cosas que podemos resumir como críticas clasistas y racistas.
Ese nuevo poder judicial que tiene rostro humano, mexicano, ordinario, pueblerino, modesto, nada pretensioso, moreno, simple, solidario y muy sencillo, es el poder judicial de la federación, y hago la precisión porque no se puede decir lo mismo del Poder Judicial de Tamaulipas, que también experimentó un proceso de cambio tras una reforma hecha a imagen y semejanza de la federal, pero con resultados diferentes.
En el caso de Tamaulipas, se homologaron con harta prisa las leyes del poder judicial, sin esperar las lecciones del proceso federal, como si hubiera prisa para encumbrar a la ahora dueña de ese changarro (PJ), y me refiero por supuesto a la magistrada presidenta Tania Contreras.
Afirmo que con reformas iguales (similares) se obtuvieron resultados diferentes entre estado y federación, porque en el caso de Tamaulipas el poder judicial sigue siendo fifi, elitista, fresón, inaccesible, ajeno al pueblo; y eso no podía ser de otra manera si la cabeza de la institución es un producto de la alta burocracia priista.
A Tania Contreras le gusta el poder y su parafernalia, disfruta de la faramalla, se siente cómoda en las Suburban, aunque les llamen del bienestar y las proporcionen las empresas de Los Muñecos, le gusta demostrar que es importante, traer guardaespaldas, choferes, ujieres, chalanes, secretarios y asistentes.
Tania Contreras es una funcionaria totalmente palacio, es muy cuidadosa de su apariencia, su maquillaje, su peinado. Siendo el tema de las joyas muy ajeno a mis intereses (y posibilidades) no les puedo decir cuánto cuesta el atuendo, las joyas, los accesorios y el bolso de la magistrada totalmente palacio, pero si puedo compartirles que habita en una mansión “inteligente”, que mis amigos que alguna vez la han visitado, calculan su valor en unos veinte millones de pesos.
El caso de Tania Contreras que no cumple con los estándares para calificarla de Magistrada del Bienestar, es un caso más de los políticos y funcionarios que tenemos en Tamaulipas de una versión light, simi y descafeinada de la Cuatrote y su segundo piso.
