SIN FILTROS/ Por Brenda Ramos

Opinión


(Columna Huésped)
“Doblan otra vez a Morena en el Congreso de Tamaulipas”
Después del 5 de junio de 2022, todo ha sido derrotas políticas para Morena Tamaulipas. Ganó la gubernatura pero, en sentido estricto, co-gobierna el estado con Acción Nacional. Tal es el resultado de la novatez, la improvisación y el desconocimiento absoluto del juego de intereses y fuerzas que rige al sistema. En mala hora se le entregó la presidencia de la Junta de Coordinación Política (el liderazgo del Congreso del Estado) a Úrsula Salazar Mojica, ante el reto mayúsculo de erradicar a los panistas del poder. Ha fracasado, pero con ella fracasa también el partido y se debilita el proyecto de Transformación.

A cualquier ciudadano, con ayuda de unos pocos principios fundamentales, le será fácil entender por qué el Tribunal Electoral de Tamaulipas ha dejado sin efecto la presidencia que ostentaba Salazar Mojica. Pero lo más fácil de captar será la mezcla de ignorancia y nerviosismo que rige al grupo parlamentario de Morena en la toma de decisiones.

Sinceramente, el fracaso de Francisco García Cabeza de Vaca ante la solicitud de su carta de residencia es poca cosa ante la derrota de Úrsula Salazar y todo el bloque de la 4T para recuperar el liderazgo del Congreso del Estado.

Porque es ahí, desde el Poder Legislativo, dónde se puede arrancar al cabecismo de los órganos autónomos como se arranca la mala hierba. Para eso se precisa cerebro y exactitud en cada acción y en cada proyecto, no simplemente arrebatar las sillas a la fuerza. El PAN se apoderó injustamente de la Fiscalía y del Poder Judicial con fines oscuros. Ya no se trata de un reto político para Morena: ahora es un reclamo de los ciudadanos, hartos de Cabeza de Vaca.

Úrsula, sus asesores y los titulares de las unidades de control del Congreso, no dan el ancho para esta tarea, y la gente ya los está conociendo por su ineptitud.

El Tribunal Electoral de Tamaulipas les enmendó la plana, o más bien el adefesio que aprobaron de prisa el 13 de enero ( el decreto 65-504) para quitarle la presidencia de la Jucopo al Moyo García Aguiar, diputado local del PAN. La sentencia, aprobada por mayoría, reconoció tres violaciones en la reforma morenista: falta de certeza, falta de seguridad jurídica y, principalmente, violación al principio de retroactividad.

En el decreto 65-504, Morena y sus aliados cambiaron las reglas para elegir al presidente de la Junta. Ahora se elegiría al coordinador del grupo parlamentario del partido que más votos haya obtenido en la elección. Hasta ahí, todo bien. Sin embargo, agregó un artículo transitorio para aplicarle la nueva reforma al Moyo García, presidente de la Jucopo hasta ese momento. Esto violaba el principio de no retroactividad.

Ante las circunstancias, el Tribunal dictó la siguiente orden: “que se deje sin efecto la determinación contenida en los transitorios segundo y tercero del decreto 65-504, y que de forma inmediata se reestablezca el ejercicio del cargo de presidente de la Junta de Coordinación Política conferida a Félix Fernando García Aguiar, por el resto de la temporalidad de la legislatura actual.”

En Morena Tamaulipas, el problema de raíz es que carece de mayoría calificada para aprobar reformas constitucionales y sacar al fin a los panistas del poder. Con su mayoría simple solo le alcanza para hacer desfiguros como el decreto 65-504.

Pero, pensándolo bien, el problema de raíz es otro: su analfabetismo político, su inferioridad intelectual para cabildear y convencer a otras fuerzas a su favor. Vaya, ignora lo más elemental de la ciencia política.

Están reprobadas en eso Úrsula Salazar Mojica, Tania Contreras (consejera Jurídica del Gobierno del Estado), Juan Lorenzo Ochoa García, Secretario General del Congreso y la misma Yuriria Iturbe Vázquez, dirigente estatal de Morena, vista por todo mundo como figura decorativa dentro del movimiento.

Por ejemplo, al conocer el veredicto en contra, Úrsula Salazar ordenó a todo el personal del Congreso que se retirara temprano, y que no hubiera nadie en oficinas para recibir notificaciones. Luego, cuando se permitió el reingreso a todos para la sesión extraordinaria de la tarde, colocó unas cadenas en las oficinas de la Jucopo para que nadie las ocupara, como si fuera el portón de su casa. De este modo, no hay mucha diferencia entre las reacciones de una niña y las de Úrsula Salazar.

Díganle a la presidenta espuria del Congreso que ni cien cadenas podrán sellar esa puerta ante la sentencia del máximo Tribunal electoral del estado. Con razón, el Moyo García Aguilar llevó un notario para que diera fe del desacato de la diputada de Morena; es decir, una nueva denuncia-impugnación está en camino contra Úrsula Salazar Mojica.

Los morenistas aprovecharon el secuestro de la Jucopo, que aún retienen, para aprobar la inmovilidad de los titulares de las unidades de control, por supuestos motivos de “derechos laborales “. Patético.

El espectáculo de Úrsula, Tania, Juan Lorenzo y todo el equipo del grupo parlamentario de Morena infunde serios temores sobre la viabilidad de la 4T en Tamaulipas. Lo dicen los hechos: no tienen perfil para la inmensa tarea.