Golpe a golpe
Por Juan Sánchez Mendoza
El desprendimiento legislativo de las cuatro diputadas locales que arribaron al Congreso local por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) –para sumarse a la fracción de morena–, no es una traición, bajo el entendido de que nunca militaron en dicho membrete ni comparten sus principios.
Pero esa separación sí da pie a que sean calificarlas de saltimbanquis, u oportunistas de la política, al prestarse a todo tipo de triquiñuelas como la simulación y el engaño al electorado, en su codicia de acceder al poder y/o mantenerse pegadas al presupuesto.
Las cuatro hicieron campaña por la alianza morena-PT-PVEM, pero su postulación legítima, ante el Instituto Electoral de Tamaulipas (Ietam) corrió a cargo del partido verde, cuyos dirigentes nacional y estatal se prestaron a la farsa de disfrazarlas como candidatas propias, aun y cuando, en el fondo sabían que se trataba simple y llanamente de un acuerdo ramplón para que el electorado se tragara el cuento de una democracia de carne y hueso.
Los objetivos marcados en los oscurito fueron:
+ Para el PVEM, permitirle conservar su registro estatal por la cantidad de votos proyectados por los estrategas de la mentada CuatroT, basada en el descrédito hacia el Partido Acción Nacional (PAN) y la agonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI), además del desencanto hacia MC; y
+ Para morena, acrecentar el número de curules locales afines, puesto que, de esta forma, la LXVI legislatura del Congreso tamaulipeco podría en su ejercicio operar como le viniera en gana.
Lo que quizá no se acordó en esa negociación, es que los legisladores locales causaran alta como militantes del PVEM, por lo cual, ante una crisis disciplinaria –como la provocada con el calenturiento acelere futurista de la senadora Maki Esther Ortiz Domínguez–, se ordenó a las diputadas locales sigladas por el verde, renunciar a su bancada, para así abonar a la fracción del membrete guinda y deslindarse del intento de ‘madruguete’
Éstas son: Judith Katalyna Méndez Cepeda, Blanca Aurelia Anzaldúa Nájera, Silvia Isabel Chávez Garay y Ana Laura Huerta Valdovinos.
A ese desprendimiento legislativo del verde podrían sumarse otros tres diputados tránsfugas (del ámbito federal), como Carlos Enrique Cantúrosas Villarreal, Mario Alberto López Hernández y José Braña Mojica, puesto que nada los une al PVEM, aunque tampoco a morena, pero saben venderse al mejor postor.
La otra diputada federal del verde, Sandra Prisilla de los Santos Flores está plenamente identificada como parte del equipo de Maki, por lo cual, se infiere, seguirá operando desde el Palacio Legislativo de San Lázaro con la instrucción que le dé la senadora originaria de Chihuahua, que dice radicar en Reynosa, pero existen evidencias de que lo hace allende el Río Bravo, y es representante senatorial de San Luis Potosí.
Con este desmoronamiento del verde, causado por el ‘destape’ que el coordinador nacional del PVEM, Arturo Escobar y Vega, hizo de Maki hace días, en Reynosa, asoman al menos dos elucubraciones, en la entidad.
a) El rompimiento definitivo entre morena y el Verde, rumbo al 2027 en que habrá elecciones federales intermedias; y estatales, en el 2028, para la renovación gubernamental, Congreso estatal y los 43 ayuntamientos, en un todavía aventurado caso de insistir, el verde, en postular candidatos que no satisfagan a su socio ocasional;
b) Y que morena, pese a la exhibición que se hace de sus legisladores mercenarios, siga pidiéndole prestadas las siglas al verde para acaparar en el país más posiciones.
Lo cierto, es que la política está prostituida.
De cualquier forma, en las cúpulas partidistas es donde se tejen y/o se rompen las complicidades.
Así que no hay que sudar calenturas ajenas y esperar el desenlace del garlito derivado con el ‘destape’ de Maki.
Tarifas elevadas
A lo largo de muchos años, la sociedad civil (de manera organizada) ha exigido por distintos canales que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) reconsidere sus tarifas porque éstas son desde cualquier punto de vista un claro atentado contra la economía familiar.
Esto, cuando menos, en Ciudad Victoria.
Incluso, en otro tiempo ha ganado la calle. Y se ha manifestado en las instalaciones de la CFE demandando un freno a tanto abuso, aunque sin encontrar una respuesta favorable a su queja, porque el tabulador lo diseñan allá en el centro del país algunos burócratas insensibles como inhumanos que, por cierto, no pagan ni un centavo por el servicio que se les otorga como una prestación laboral y se carga a la cuenta de millones de consumidores.
Cuando el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador pidió el apoyo poblacional para sacar avante la reforma energética –aprobada en 2024–, gran parte de la sociedad civil le tendió la mano, apoyando a los legisladores de morena en su voto a favor.
Y más los tamaulipecos –como claramente se registra en los anales periodísticos–, por lo que ahora la inquilina de Palacio Nacional obligada esté a devolver la copa.
¿Cómo? Atendiendo la solicitud de una reclasificación acertada.
Correo: jusam_gg@hotmail.com